
América Latina.
Los gases de efecto invernadero golpean, cada vez, con mayor fuerza el planeta, provocando, entre otras cosas, temperaturas más elevadas.
Un reciente informe de Naciones Unidas confirma que el dióxido de carbono, junto con el metano y el óxido nitroso, son las principales amenazas y el problema, incluso, ya está dentro de nuestros hogares, pues un reciente estudio reveló que las cocinas a gas son peores para el ambiente de lo que se pensaba.
Los incendios forestales golpearon con fuerza a buena parte de Sudamérica durante 2024… y Ecuador no fue la excepción.
El déficit hídrico aceleró el fuego en buena parte del país entre agosto y diciembre, con un saldo preliminar de más de 81 mil hectáreas de cobertura vegetal quemadas, según la Secretaría de Gestión de Riesgos.
“Estamos en un momento muy crítico por la crisis climática. La crisis de pérdida de biodiversidad, la sequía, bueno, y todos los desastres que están pasando por esto”.
Según la ONU, entre los principales fenómenos productores de gases de efecto invernadero se encuentran los incendios forestales y el fenómeno meteorológico de El Niño. Y si bien esta realidad parece, a veces lejana, está cada vez más cerca de lo que pensamos.
Un reciente estudio de un grupo de investigadores en Estados Unidos reveló que las estufas de gas emiten 2.6 millones de toneladas de metano cada año, lo que alerta sobre el peligro que representan estos gases en todos los países de la región que usan este tipo de cocinas.
“Latinoamérica es físicamente muy expuesto al cambio climático (…) Al mismo tiempo, se suma una alta vulnerabilidad social, lo que hace que las personas que tengan menos recursos sean más afectados”.
El Proyecto de Transición Energética ha investigado en Chile, Brasil y Colombia, las emisiones contaminantes generadas por dispositivos de cocción y calefacción que se usan en el interior de las viviendas.
El resultado fue similar al de los investigadores estadounidenses, destacando también que algunos electrodomésticos, incluso cuando están apagados, continúan liberando gases perjudiciales para la salud del ser humano.
“Tenemos concentraciones de contaminación intradomiciliaria que solamente son comparables con haber estado fumando dentro del hogar”.
Dr. Byron Canelos, neumólogo:
“La persona que fuma, no sé, 5, 10, 20 tabacos, puede… ya tiene, de hecho, una determinada cantidad, más o menos unas 10 veces más que una persona que no fuma, monóxido en su sangre y la persona vive, se adaptó a esa cantidad; pero si le decimos vamos a jugar 90 minutos de partido, esa persona no va a poder”.
Estas alertas han llevado a algunos países a avanzar en lo que se llama la transición energética, que incluye, por ejemplo, un mayor uso residencial de energías limpias o renovables.
Nicola Borregaard, directora técnica del Proyecto de Transición Energética:
“Eliminando los combustibles fósiles, a nivel de la cocción, a nivel de la calefacción, a nivel del transporte, etc.”.
- La Organización Meteorológica Mundial alertó recientemente que en solo 20 años, las concentraciones de CO2 han aumentado un 11,4 %, lo que da cuenta del enorme riesgo para el planeta, pero sobre todo, para el futuro de la humanidad.
Si bien está aumentando muy rápido la temperatura del planeta, ya estamos viendo los estragos, todavía estamos a tiempo.
Y como dicen los expertos, aún hay tiempo para tomar conciencia en pro de un planeta más sano… no para el futuro, sino para el presente.
Néstor Aguilera, Voz de América, Quito.