Guadalajara, Jalisco.
Raúl, de quien te hablé ayer, es sólo uno de miles de casos de dolor crónico, emocional y psicológico que existen, y que no tienen un acompañamiento por parte del Estado.
Sólo uno. De miles.
A Raúl, hace más de un año y medio le diagnosticaron cáncer de hueso en su pierna.
Ya probó todas las opciones que le dieron sus médicos y no lo superó. Su caso es solo un botón de muestra de la urgencia de contar con centros especializados que en puntos como Europa se conocen como “Hospis”.
El médico especialista en Medicina del Dolor y Cuidados Paliativos, Guillermo Aréchiga, explica cómo es este modelo y para quiénes sería:
“El Hospis viene desde Inglaterra con una idea que es una filosofía, poco a poco se ha ido extendiendo a Estados Unidos y Canadá. En México no existe esta condición, hay dos aseveraciones o condiciones, cuando se dice que un paciente requiere Hospis, es igual a cuidados paliativos.
¿Cómo lo estamos planteando nosotros? Que Hospis es una estructura que, además de atender a la parte final de la vida, tiene atención no solamente de paliativos, sino familiar, espiritual, una condición farmacológica que se le brinda a los enfermos, terapia ocupacional, arteterapia, el apoyo espiritual.
Que en este momento no existe un modelo así. Entonces, además de los cuidados paliativos, el Hospis implicaría el que pudiéramos extender más allá de todos esos procesos, donde pudiéramos ver a todos esos pacientes con un duelo anticipatorio ante la pérdida.
Y que pudiéramos tener la cercanía de pastores o capellanes que pudieran brindar apoyo, el hacer voluntades anticipadas, que es esta preparación para el proceso de la muerte”.
- Y aunque existe el Instituto Jalisciense de Cuidados Paliativos, ahí no se dan abasto, ya que cada visita a un paciente implica que se movilice todo un equipo multidisciplinario y su capacidad para visitarlos se limita a uno o dos al día, debido a la cantidad de acciones que realizan con cada uno y a la lejanía de cada domicilio.
Por eso, los Hospis no son hospitales, sino que acompañan en el proceso de la muerte no sólo al enfermo sino a toda la familia, además de que hace menos pesada la responsabilidad de los cuidados:
“El Hospis no es un hospital, aunque las palabras vienen de la misma raíz. El Hospis es una estructura en toda su dimensión que tiene como objetivo mejorar la atención de esos pacientes que no van a curarse, sino que van a ser cuidados hasta el final de la vida”.
Todos sabemos que vamos a morir, es lo único seguro que tenemos cierto desde que nacemos. Pero cómo y cuándo es lo que nos preocupa, y lo que las autoridades en salud deberían plantearse es cómo garantizar un proceso de muerte digno y sin dolor.
Sé que este trabajo duele, pero te invito a que no te vayas. Mañana te voy a hablar de la iniciativa que busca que las y los jaliscienses puedan acceder a una muerte digna y sin dolor.