Un nuevo ballenero zarpa de Japón, pese a la controversia en torno al consumo de esta carne
Japón es uno de los últimos países del mundo que permite la caza comercial de ballenas, una práctica controvertida que es defendida como parte de la identidad nacional, y un nuevo barco faenador de 9.300 toneladas zarpó este martes de sus costas. Yuichi YAMAZAKI / AFP




Shimonoseki, Japón.

Japón es uno de los últimos países del mundo que permite la caza comercial de ballenas, una práctica controvertida que es defendida como parte de la identidad nacional, y un nuevo barco faenador de 9.300 toneladas zarpó este martes de sus costas.

En el archipiélago, la ballena se puede consumir como filete o como sashimi y es considerada por algunos como una delicia, pese a que los ambientalistas critican el consumo de carne de estos mamíferos marinos.

El nuevo buque bautizado como "Kangei Maru", cuenta con "una planta de procesamiento propia donde se procesa la carne antes de refrigerarla", explicó Ryosuke Oba, gerente del restaurante Nisshin Maru, ubicado en la ciudad portuaria de Shimonoseki, que se especializa en esta carne.

"Este barco es como una fábrica. Esa es su principal característica", afirmó a la AFP Oba, cuyo restaurante lleva el nombre del predecesor de "Kangei Maru".

El último ballenero japonés se retiró el año pasado tras tres décadas de actividad y en una de sus excursiones fue perseguido por activistas que intentaron interrumpir sus operaciones. Japón inauguró un buque aún más grande para reemplazarlo.

Hasta que Japón se retiró de la Comisión Ballenera Internacional en 2019, el país aprovechó una disposición de este acuerdo que permite la caza científica.

Ahora, Japón reanudó la caza comercial de ballenas en sus propias aguas, una práctica que sólo permiten otros dos países en todo el mundo, Noruega e Islandia, además de algunas dispensas otorgadas a pueblos indígenas.

"Parte de la identidad" 

El "Kangei Maru" zarpó de Shimonoseki en una expedición de varios meses por las costas del noreste de Japón. En la ceremonia de despedida un grupo de niños bailó en el puerto y uno de ellos leyó una carta para desear a la tripulación que "cace grandes ballenas".

El buque faenador que costó 48 millones de dólares tiene previsto cazar unas 200 ballenas para finales de años.

"Este es un nuevo barco para una nueva era, símbolo del nuevo periodo de reanudación de la caza comercial de ballenas", afirmó Hideki Tokoro, presidente de la ballenera que construyó el "Kangei Maru".

  1. En Japón la caza de ballenas se practicó durante siglos y esta carne fue una fuente clave de proteínas para la población después de la Segunda Guerra Mundial.

Pero en las últimas décadas la demanda cayó con fuerza, algo que al alcalde de Shimonoseki, Shintaro Maeda, está determinado a cambiar.

"Comer ballena forma parte de la identidad del pueblo japonés", afirmó.

Los ambientalistas sostienen que las ballenas viven mucho tiempo y se producen lentamente, por lo que no son una fuente de alimento sostenible. Además, las poblaciones de ballenas todavía se están recuperando de la era en la que la caza fue algo generalizado.

"La caza comercial de ballenas es injustificable en el siglo XXI. Es una práctica inhumana que existe únicamente para el beneficio de unos pocos", afirmó este mes la organización World Cetacean Alliance.