Guadalajara, Jalisco.

Las universidades públicas del país juegan un papel esencial para la defensa del territorio, que es liderado por los colectivos quienes cuidan de la tierra y sus recursos desde una perspectiva autónoma y en comunidad.

Un ejemplo de ello es el trabajo docente que realiza Pedro Figueroa Bautista en el Centro Universitario de la Costa de la UdeG, creador de la materia agricultura orgánica de la carrera Ingeniería en Recursos Naturales.

Él enseña a los alumnos una distinta manera de pensar el campo que dista de los valores que persigue la agroindustria.

“La agricultura orgánica parte del uso y aprovechamiento de los recursos ¿cómo potencializamos esos recursos? Es decir ¿cómo pasamos de la sociedad del desperdicio, de la basura de los recursos, al aprovechamiento y utilidad pero de una manera con mucho conocimiento a la hora de preparar esos recursos, ese abono”.

También capacita a los campesinos de la zona Costa Sur de Jalisco para que hagan su propio abono y mejoren la tierra con la incorporación de materia orgánica y dejen el uso de herbicidas y agroquímicos.

Sin embargo, a la agroindustria, este tipo de trabajar la tierra no es rentable.

“Es difícil porque hay un discurso, una narrativa de que esto es posible, no se puede pero es parte del diseño agropecuario industrial donde se justifica que es imposible producir sin el uso de fertilizantes y pesticidas porque eso favorece a la industria”.

• Actualmente en México se busca prohibir para el 2024, el uso del glisofato, un herbicida utilizado en el campo; sin embargo, las empresas están en contra de su prohibición.