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El poder del crimen en los municipios relativamente aislados del norte de Jalisco, se evidencia en este proceso electoral, donde la imposición de candidatos a modo es simplemente un reflejo del control que tienen sobre la vida cotidiana, la economía y la política de la región. No es un caso aislado, pues estima que al menos un tercio del país está sometido a estas condiciones para algunas de las bandas de crimen organizado que controlan todas las actividades productivas, con cobro de extorsión, despojos y asesinatos. Para el investigador experto en temas de seguridad, Guillermo Valdés Castellanos, se trata de forma contundente de una cancelación de las libertades políticas y de la democracia. Considera que al país le costará mucho tiempo reconstituir los esfuerzos civiles para recuperar los territorios que han sido arrebatados al estado, muchas veces, con la complacencia de los servidores públicos.