Guadalajara, Jalisco.
Diego decidió emprender un gimnasio reconociendo sus obligaciones como contribuyente, por lo que estuvo dispuesto a enfrentarse a todo el papeleo que necesitaba para formalizar operaciones y tener su negocio en regla.
Sin embargo, lleva más de dos años intentado formalizarlo sin éxito. ¿Por qué? El municipio le dijo que el decreto de uso de suelo de la propiedad donde está su negocio indica que es apto sólo para casa-habitación.
Esto de acuerdo con los planes parciales de desarrollo que se deberían actualizar cada tres años, lo cual no ha ocurrido.
Y al igual que él, muchos microemprendedores se enfrentan a las barreras administrativas y lamentan que, después de conseguir el capital, la burocracia es su principal problema para regularizar el negocio.
Estas dificultades están presentes prácticamente en todo el país.
- El informe Índice de Burocracia de América Latina 2022, realizado por México Evalúa, junto con otras cinco organizaciones y el Centro Latinoamericano de Atlas Network, califica a México como el cuarto país latinoamericano con mayor carga burocrática para las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes).
En promedio, las Pymes tienen que dedicar más de 500 horas al año para mantener sus operaciones en regla.
Un vendedor de tacos de la Zona Metropolitana de Guadalajara que sí logró formalizar sus operaciones contó a UDGTV Canal 44 que tuvo que conseguir una licencia para el local comercial donde ofrece su servicio y un permiso de espacios abiertos para colocar su puesto en la acera.
Él logró ambos trámites, pero confirmó que fue una larga burocracia a la que se enfrentó y exhortó a las autoridades a agilizar sus procesos:
“Pero que hagan las cosas más fáciles, es lo más ideal. ¿Yo he batallado con las licencias? Sí, sí he batallado (...)
“La verdad si se me hace algo difícil, un poco complicado. Yo pienso que por eso la mayoría de personas preferimos trabajar de forma informal o ‘ilegal’ en cuestión de no tener una licencia correspondiente, por ese detalle”.
Las consecuencias son evidentes: más de 3 millones de unidades económicas o establecimientos en el país son informales; es decir, seis de cada 10 locales en los que se realizan actividades comerciales o económicas no cuentan con la protección estatal ni con la auditoría fiscal que marca la ley.
Esto repercute también en la capacidad recaudatoria del Estado, pues de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, al cierre del sexenio pasado la Secretaría de Hacienda anualmente perdía 325 mil millones de impuestos por no regularizar la actividades del Sector Informal.
Es decir, casi una cuarta parte del monto recaudado por Impuesto Sobre la Renta en el primer semestre del 2023.
“Mira: yo no sé por qué tengo que esperar a que el Gobierno y los burócratas me permitan realizar una actividad o un negocio y, aparte, en mi propia casa.
Ahora resulta que para ponerme a trabajar debo esperar a que los de obras públicas cambien el uso de suelo, que por cierto ya he intentado, pero por una u otra razón no me lo cambian, pues eso y el hambre me obliga a ser empresario informal como dices.
Yo estaría de acuerdo en ser un contribuyente, pagar mis impuestos, pero el mismo gobierno me está poniendo trabas”.
Durante su intervención en el foro “Perspectivas Macroeconómicas 2024”, realizado en la Cámara de Diputados, el legislador del PRD, Luis Espinoza Cházaro, aseveró que es injusta la sobreregulación que tienen los micronegocios y que ésta facilita la corrupción y extorsión de los funcionarios públicos hacía los pequeños emprendedores:
“Bueno. Primero, un negocio más sencillo debería tener reglas y requisitos más sencillos. En este país cuesta lo mismo abrir una tienda en la esquina (en temas de papeleo) que abrir un supermercado de mil empleados.
Ahí es injusta la regulación porque las grandes cadenas tienen contadores y abogados, y los pequeños negocios no cuentan con estas herramientas. Segundo: la sobreregulación nos lleva a corrupción: el que haya muchos trámites permite que siempre haya una caverna donde la corrupción se hace presente”.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, sólo las microempresas representan más del 50 por ciento de la participación económica del país. Si sumamos las empresas micro, pequeñas y medianas observamos que conforman el 95 por ciento de la economía en México.
El tamaño de la economía informal en México aporta 24 de cada 100 pesos del Producto Interno Bruto en términos anuales, de acuerdo con datos preliminares sobre la medición de la economía informal del INEGI.
Entre los emprendedores informales están los inconformes con los trabajos asalariados, pues afirman que, además de la baja remuneración, los derechos laborales “se están acabando”. Pero eso te lo cuento en la tercera parte de este trabajo especial.