Luis Eugenio Rivera Cervantes: punta de lanza en el rescate de biodiversidad en la Costa Sur
Del muro de Facebook del maestro Luis Eugenio.




Autlán de Navarro, Jalisco.

Luis Eugenio Rivera Cervantes, biólogo y pionero en la conservación de fauna silvestre en la Costa Sur de Jalisco, tiene una historia de vida profundamente marcada por su dedicación y sacrificio. Proveniente de una familia con recursos limitados, desde joven tuvo que superar numerosos obstáculos para alcanzar sus sueños y conciliar su vocación con las oportunidades que la vida le dio.

Durante sus estudios, Luis Eugenio trabajó en varios empleos para mantenerse, desde cerillo en tiendas de abarrotes hasta ayudante de repartidor en una lechera. La experiencia de trabajar desde los 13 años le enseñó el valor del esfuerzo y la importancia de la educación. Aprendió que el trabajo duro era una necesidad ineludible si quería cambiar su destino.

Rivera Cervantes recuerda la conversación con su padre en la que manifestó sus deseos de continuar sus estudios, a lo que le respondió 'Si esa es tu decisión, adelante. Aquí tendrás un techo, tortillas y frijoles, pero no me pidas más porque no puedo'.

  • Estas palabras marcaron un punto de inflexión en la vida de Luis Eugenio, quien, pese a su deseo inicial de estudiar medicina, enfrentó con determinación las limitaciones económicas de su familia.

Después de someterse a estudios en el departamento psicopedagógico de la Universidad de Guadalajara, descubrió que sus aptitudes también encajaban con la abogacía, debido a su rechazo a la injusticia. Sin embargo, una nueva carrera recién inaugurada capturó su atención: Biología. Inspirado por Jacques Cousteau y su trabajo en el mundo submarino, decidió embarcarse en esta aventura.

Así lo platicó En Primera Persona

  • * A partir del minuto 15:00. 

La Universidad de Ciencias, en sus primeras etapas, no contaba con los recursos adecuados. "Fuimos los conejillos de indias. No había biblioteca, laboratorio, autobús ni maestros. Aun así, varios compañeros y yo, como el maestro Salvador García y Carlos Palomera, logramos destacarnos", comenta Rivera Cervantes con orgullo.

La lucha de Luis Eugenio no se detuvo ahí. Su madre, en una ocasión, le dijo: "Podrás entrar a la mejor universidad del mundo, pero si eres un inepto, no la vas a hacer; y podrás entrar a la peor universidad, pero si te sacrificas, vas a brillar". Estas palabras resonaron profundamente en él, impulsándolo a superar las adversidades.

El camino no fue fácil. "Estuve a punto de renunciar el último semestre. Fui a Estados Unidos a trabajar, pero regresé para terminar mis estudios. Muchas veces no tenía ni un peso para el camión y caminaba a casa temiendo a los pandilleros", recuerda Rivera Cervantes.

Proyecto Manantlán

En 1987, Luis Eugenio se unió al proyecto Manantlán, un esfuerzo para conservar la biodiversidad de la región. Es así como llegó a la región de Autlán.

“Entonces me entrevisté con el descubridor del Zea diploperennis. Con Rafael Guzmán llegué, me presenté y me acuerdo que me dice ´Luis, bienvenido, no hay salario, pero vas a tener tus viáticos´.

Entonces, viajábamos en camión de segunda de Guadalajara a Autlán. Llegamos con un oficio a la Comisión, nos pasamos a la presidencia con ese oficio y el presidente municipal nos mandaba en una patrulla a Las Joyas. Ahí nos dejaban una semana, y a la semana regresaba la patrulla, dejaba otro grupo y nos bajaban a los que estábamos arriba.

Durante esa semana tú estabas aislado porque no había radio, no había teléfono, no había nada de lo que hay ahorita. Así fue como yo llegué aquí en 1987. Logramos el decreto de la reserva, eso fue gracias a la Universidad de Guadalajara, eso fue gracias al trabajo que hicimos. Ahora como Departamento de Ecología, anteriormente era laboratorio Las Joyas, y entonces eso fue en marzo de 1987.

En mayo nos reúnen a todo el grupo, éramos cerca de 100, y nos dicen:  ´Si queremos que el proyecto de la reserva funcione, nos tenemos que ir de Guadalajara porque si no vamos a replicar lo que pasa a nivel nacional de que los grandes directivos están en las capitales´

Entonces, nos vinimos para acá en el mes de octubre del 87, pero fue a El Grullo. Ahí estuvieron las oficinas del laboratorio natural Las Joyas, que luego se transforman en el Instituto Manantlán de Ecología, y cuando se hace la reforma universitaria y se crea el Centro Universitario de la Costa Sur, entonces dan la indicación de que ya no hay dinero para pagar rentas en El Grullo y todo el mundo se tiene que ir a trabajar a Autlán”

Desde entonces, ha sido un defensor incansable de la conservación de fauna Silvestre, fundando la colección de insectos más grande de la región con más de 80,000 especímenes. Su trabajo ha impactado a más de 150,000 personas a través de exposiciones educativas con la Colección Biológica Itinerante.

Luis Eugenio Rivera Cervantes: punta de lanza en el rescate de biodiversidad en la Costa Sur

Del muro de Facebook del maestro Luis Eugenio.

 “Cuando hablamos de la pérdida de biodiversidad y de que se están perdiendo las especies, por más discurso que tú eches, a la gente le entra por un oído y le sale por el otro. Entonces, cuando yo digo, vamos a sacar unas cajitas y vamos a salir a las plazas y a las escuelas.

Ya son 15 años de esta exposición. Más de 150,000 personas han conocido esta exposición, ya no nos damos abasto con las tantas solicitudes que tenemos por todos lados”

Luis Eugenio Rivera Cervantes: punta de lanza en el rescate de biodiversidad en la Costa Sur

Del muro de Facebook del maestro Luis Eugenio.

Por su incansable labor como rescatista de miles de animales silvestres en las regiones de la Costa Sur y la Sierra de Amula en Jalisco, junto con sus esfuerzos para aumentar la conciencia y protección de la fauna local, la sexagésima tercera Legislatura del Congreso del Estado de Jalisco le otorgó el Mérito de la Protección Animal 2023.

Además, por más de 30 años de dedicación a la educación ambiental, Luis Eugenio Rivera Cervantes ha sido galardonado con el Premio Iberoamericano de Medio Ambiente “Dr. José Mateo Rodríguez” 2023-2024, otorgado por la Red Iberoamericana de Medio Ambiente.

"Lo más gratificante es encontrar jóvenes que me dicen 'por usted soy biólogo', 'por usted soy veterinario', o 'por usted ya no mato animales'", ese el pago, concluyó el académico.


Antonio Díaz