París, Francia
El transporte público en París y alrededores, motivo recurrente de preocupación en los meses previos a los Juegos Olímpicos, está mostrando una cara inesperada: eficaz, hospitalario, sin incidentes mayores ni tiempos de espera extravagantes, que satisfacen tanto a los usuarios habituales como a los visitantes.
"Me esperaba algo mucho peor"
, dice David Journo en la vía de la línea 9, una de las más solicitadas durante los Juegos y también una de las más reforzadas.
Este contable que trabaja en Trocadero, donde tienen lugar las pruebas de vóley-playa, aprecia la frecuencia de los metros. En este inicio del mes de agosto hay servicio cada dos o tres minutos, lo que apenas deja tiempo para que los vagones se llenen.
"Es sobre todo una buena sorpresa respecto a lo que conocemos de París"
, se alegra Cécile Régnier, habitante de Toulouse de visita en la capital para disfrutar de los Juegos en familia.
- Aumento "prohibitivo" de precio -
Roger Lughan ha sido contratado para recibir y orientar a los viajeros por una empresa subcontratada por RATP, organismo público que gestiona el transporte público en la región, y reconoce que en ocasiones se aburre ante la falta de preguntas.
"Empecé el viernes (día de la ceremonia de apertura), fue ese día cuando tuvimos más gente y no era tanta"
, cuenta vestido con un chaleco violeta de los agentes encargados del recibimiento durante los Juegos.
"El sábado, domingo y lunes, no había nadie, hasta el punto que me hablaba una sola persona cada hora", dice sorprendido este estudiante.
"Tal vez hay menos habitantes de los habituales" circulando, respecto a lo anticipado, se felicitó el lunes el presidente de la RATP, Jean Castex, felicitándose por la gestión de los transportes desde la apertura del evento.
El único punto que parece estar molestando a algunos turistas es el precio de los billetes, que aumentó de 2,15 euros (2,32 dólares) a 4 euros (4,33 dólares) desde el 20 de julio para financiar los transportes durante la competición.
"Es por culpa de los Juegos ¿verdad?"
, pregunta un turista alemán sorprendido, que considera prohibitiva la tarifa.
"Sinceramente, funciona genial"
, destaca por su parte Mark Spasov, entrenador del equipo de natación serbio en la línea 13, camino de la Villa Olímpica, instalada en las afueras, al norte de París.
- París, "de las mejores de Europa" -
"Estoy en un hotel del 8º distrito y voy todos los días a la Villa Olímpica en metro", explica. "Vivo en Viena, que tiene una de las mejores redes de transporte en Europa, y París está al mismo nivel", añade.
"Créanme, viajo mucho por Europa y París, junto con Viena, es donde mejor está" el transporte, asegura el entrenador.
No obstante, se han señalado problemas como la ausencia de aire acondicionado en los autobuses que trasladan a los deportistas, especialmente con el calor húmedo de los últimos días.
"Los deportistas se han quejado, pero no todo puede ser perfecto"
, sonríe Spasov, feliz por la experiencia vivida desde el inicio de los Juegos.
El lunes, Valérie Pécresse, presidenta de la región de París y jefa de Île-de-France Mobilités, empresa pública que organiza el transporte y movilidad en la capital y sus alrededores, participó en un reparto de botellas de agua en el metro, al inicio de la ola de calor.
- Una iniciativa que hizo sonreír a algunos usuarios, poco acostumbrados a tantas atenciones.
"Normalmente hoy no distribuiríamos nada"
, reconoció Pécresse el lunes, si bien el plan contra las olas de calor se tiene que activar el tercer día consecutivo de canícula.
Y es que incluso el transporte quiere ofrecer una cara ejemplar durante los Juegos.