Irene Vallejo y Tyto Alba presentan la versión ilustrada del libro El infinito en un junco, en la FIL
fotografía por Eladio Quintero




Guadalajara, Jalisco 

La autora española Irene Vallejo presentó la versión gráfica de su libro 'El infinito en un junco', junto al artista visual Tyto Alba, quien se encargó de dar vida a este título publicado en 2019, pero ahora como un cómic. 

Esta presentación fue en la Sala Juan Rulfo, en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara que ya arrancó en su edición 38.

‘El infinito en un junco' es un texto que refleja el amor a la lectura, y donde Vallejo, en su ensayo, reconstruye la historia de los libros desde el mundo antiguo, con los grandes lugares de la lectura como la biblioteca de Alejandría, como lo era la clásica Atenas o el mundo romano.

Pero ahora, en esta versión gráfica, Irene Vallejo señaló que se trata de un material más "humorístico, irreverente y contestatario", también con un lenguaje más ágil como lo pide un cómic, por lo que la lectura de este título se transforma completamente.

Además, Vallejo indicó que al tratarse de un libro sobre los libros, cambiar su formato hacia la ilustración es rendir un homenaje al cómic.

"Se me ocurrió la idea de adaptarlo a un cómic porque creo que no hemos rendido suficiente homenaje a la importancia que tienen los cómics y las historietas en nuestra iniciación a la lectura"

"para cuántos de nosotros leer comics fue una forma de enamorarnos de las historias y de entrar por esa puerta a otros libros".

  • El ilustrador Tyto Alba señaló que hacer el trabajo gráfico para el libro de Vallejo fue complicado, aunque lo disfrutó ya que es un texto importante para él. 

“El cómic como arte es muy importante, el asunto de contar una historia con secuencias, con las viñetas, que en ese sentido es más parecido al cine"

"Entonces condensar tantas cosas y poder utilizar ese lenguaje era muy complicado, pero me gustaba tanto el libro que me lancé a hacerlo sin pensar mucho, luego lo pasé mal porque era muy complicado”.

Para este libro fueron dos años de trabajo donde Tyto buscó experimentar con diferentes técnicas de dibujo, aunque tampoco quiso exagerar en ese sentido, por lo que comentó que trató de mantenerse en la línea justa, sin que se perdiera la esencia del ensayo de Vallejo.

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