Territorios Palestinos.
Las fuerzas israelíes bombardearon nuevamente la Franja de Gaza el lunes, coincidiendo con el primer aniversario del ataque de Hamás del 7 de octubre.
"Se sintió otra vez como el primer día de guerra", dijo Jaled al Hawajri, de 46 años y quien afirma haber sido desplazado diez veces desde el inicio del conflicto.
"Anoche nos aterrorizaron los bombardeos desde cuadricópteros y los proyectiles lanzados por los tanques", continuó.
"No hay ningún lugar seguro en toda la Franja", lamentó este padre de familia desde el norte del asediado territorio, gobernado por Hamás desde 2007.
La ciudad de Gaza era irreconocible este lunes, asolada por los continuos bombardeos y los combates entre fuerzas israelíes y milicianos de Hamás. Entre edificios arrasados o sin fachada, algunos residentes caminaban sobre caminos de tierra, con montículos de escombros a un lado y otro de la calle.
El tráfico es casi inexistente en la ciudad, ya que hay escasez de combustible. La mayoría de los habitantes camina, usa la bicicleta o se desplaza con ayuda de carretas tiradas por burros.
Según Naciones Unidas, el 92% de las calles de Gaza y más del 84% de sus instalaciones sanitarias han sido dañadas o destruidas en la guerra.
Pero no es lo único que falta. "No hay electricidad ni productos derivados del petróleo. Ni siquiera hay leña. Los alimentos son casi inexistentes", denunció Hussam Mansur, de 64 años.
El 9 de octubre de 2023, dos días después de lanzar su implacable ofensiva en Gaza en respuesta al ataque de Hamás, Israel impuso un asedio "completo" a este territorio de 360 km2, donde sobreviven 2,4 millones de habitantes.
"Enfermedad, hambre, peligro y pérdidas"
Mansur y sus hijos se han visto desplazados como la mayoría de la población. Según la ONU, cerca del 90% de los habitantes de Gaza han tenido que huir al menos una vez desde el inicio de la guerra.
El departamento de Mansur quedó destruido en un bombardeo. Y cuando camina por las calles, admite que ya ni las reconoce. Al igual que Hawajri, lleva soportando penurias desde hace más de un año y de momento, no hay señales de tregua.
El hecho de que Israel desplazara "el centro de gravedad" de sus operaciones hacia el norte de su territorio, donde lucha contra el movimiento libanés Hezbolá, aliado de Hamás, no cambió los ánimos.
"Anoche fue una de las noches más duras de la guerra, ¡como si la guerra acabara de empezar!", coincidió Muhammad al Muqayyid, un hombre de 46 años y desplazado del campo de refugiados de Jabaliya, en el norte de Gaza.
"Nunca imaginé que la guerra iba a durar tanto", dijo. "Pasó un año y vimos todo tipo de sufrimiento: enfermedad, hambre, peligro y pérdidas".
El conflicto empezó el 7 de octubre cuando milicianos de Hamás irrumpieron en el sur de Israel y mataron a 1.205 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes.
Los islamistas capturaron además a 251 personas, de las cuales 97 siguen cautivas en Gaza y 34 de ellas habrían muerto, según el ejército.
En respuesta, Israel lanzó una implacable ofensiva en Gaza, donde ya han muerto al menos 41.909 personas, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio, cuyos datos son considerados fiables por la ONU.
Un año después, Israel aún no ha logrado su principal objetivo: que regresen todos los rehenes capturados el 7 de octubre.
El ejército israelí sigue lanzando bombardeos y combatiendo en el territorio, con el objetivo de recuperar a los cautivos y destruir el grupo islamista, catalogado como organización "terrorista" por Estados Unidos, la Unión Europea y el Estado hebreo.
- Pero Hamás sigue luchando. Las brigadas Ezedin al Qassam, su brazo armado, afirmaron el lunes que lanzaron una andanada de cohetes contra la ciudad israelí de Tel Aviv.