Guadalajara, Jalisco.

La migración siempre ha existido y México tiene una responsabilidad moral internacional con las personas que llegan, afirmó el coordinador de la licenciatura en relaciones internacionales del ITESO, Carlos Cordero García.

Esta semana, el Instituto Nacional de Migración (INM) usó la fuerza para detener a 371 migrantes centroamericanos en Pijijiapan, Chiapas.

Ayer, la secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero, justificó la acción con el argumento de que las personas “no quisieron registrarse” y habrían agredido a personal del INM con palos y piedras. También dijo que en sólo un mes han ingresado por Chiapas alrededor de 12 mil centroamericanos, fenómeno que calificó como “inusual”.

De acuerdo a estadísticas del INM, en los últimos seis años las personas que ingresan a México por razones humanitarias registra una tendencia ascendente.

Fuente: Secretaría de Gobernación

Sólo durante enero y febrero ingresaron a México 352 personas extranjeras por razones humanitarias, 90 de ellas por el estado de Chiapas.

Para Carlos Cordero García, la actuación de los agentes del INM en Pijijiapan obedece al interés que Gobierno de Estados Unidos tiene sobre la frontera sur de México, para que sea en este lugar donde se frene el flujo centroamericano rumbo al norte.

“Donald Trump le está pidiendo mayor control de la frontera con Guatemala a México. Desde la iniciativa Mérida –acuerdo firmado en 2008 por los entonces presidentes George Bush y Felipe Calderón-, que el punto de control de migración hacia Estados Unidos se estableciera en la frontera sur de México.

La cooperación en temas de seguridad entre Estados Unidos y México tiene ese objetivo. Nuestra frontera sur es mucho más pequeña que la frontera norte. Para Estados Unidos, es una apuesta atractiva apoyar a México en controlar la migración en nuestra frontera sur porque de esa manera es más eficaz el control”, explicó.  

Para el profesor del ITESO, el éxodo centroamericano rumbo a Estados Unidos tiene similitudes con la huida de la población de Siria rumbo a Europa.

“En Centroamérica no hay una guerra explícita como en Siria, pero las condiciones de seguridad son similares. Si tú revisas los índices de violencia de Tegucigalpa y lo comparas con ciudades en Irak o Siria, andan a la par.

En Europa se utiliza a Turquía como Estados Unidos quiere utilizar a México. Europa firmó un pacto para que Turquía reciba a los sirios y los contenga en su territorio. El plan de reforzar la frontera sur de México tiene mucho que ver con esta estrategia”, mencionó.

Cordero García dijo que, si se busca el origen de la violencia en Centroamérica que, como efecto secundario, desencadena el desplazamiento de personas rumbo al norte, “nos vamos a topar con la guerra fría, con la CIA, con las intervenciones de Estados Unidos”.

Sobre el actuar del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el académico del ITESO dijo que se diferencia respecto a las administraciones de Fox, Calderón y Peña Nieto, pero que está obligado a darle más importancia al problema.

"Si nos apegamos al Estado de Derecho y a las teorías y doctrinas políticas, efectivamente están causando un acto ilegal porque están cruzando una frontera sin un pasaporte y, sobre todo, sin los procedimientos aduanales. En ese sentido, el Estado está en un legítimo derecho del uso de la violencia para poder contener el problema.

Sin embargo, si nos apegamos a los principios de derechos humanos y a las convenciones internacionales que protegen los derechos humanos, por cuestión humanitaria, México está obligado a recibir y tratar de asimilar y facilitar el trayecto de estos migrantes por nuestro país.

Independientemente del estatus legal de las personas centroamericanas que llegan a nuestro país, México tiene una responsabilidad moral internacional por nuestra naturaleza de ser un país expulsor de migrantes –hacia Estados Unidos-.

México no se puede dar el lujo de no atender esto como un tema primordial en la agenda política. Si nuestros paisanos tienen problemas en la frontera norte, es tiempo de que nosotros empecemos a ver cómo es que tratamos a quienes llegan a nuestra frontera sur”, concluyó.