Brasilia, Brasil.

La policía de Brasil cumple órdenes de prisión contra cinco personas por una supuesta trama de espionaje de adversarios políticos y periodistas durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, informaron este jueves las autoridades.

En febrero, la Policía Federal (PF) registró una casa de playa donde se encontraba la familia Bolsonaro, así como la vivienda y la oficina de su hijo Carlos, legislador de Rio de Janeiro, por este caso que involucra a la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin).

Carlos Bolsonaro fue señalado por un exministro de Jair Bolsonaro de haber sugerido la creación de una Abin "paralela".

En otras investigaciones el concejal figura como sospechoso de haber coordinado bajo la presidencia de su padre un "gabinete del odio", una "milicia digital" encargada de denigrar a opositores en las redes sociales y de diseminar informaciones falsas.

La PF dijo en una nota que cumple "cinco mandatos de prisión preventiva y siete órdenes de allanamiento, expedidos por el Supremo Tribunal Federal" (STF) en la capital Brasilia, así como Curitiba, Juiz de Fora, Salvador y Sao Paulo.

La institución no reveló los nombres de los sospechosos y si algunos o todos habían sido capturados.

Según medios locales, se trata de influenciadores digitales y policías cedidos a la Abin cuando era dirigida por Alexandre Ramagem, actualmente diputado y hombre de confianza de Jair Bolsonaro.

Según la policía, esa "organización criminal" creó "perfiles falsos" de "miembros de los tres poderes y periodistas" y difundió noticias falsas. También accedió "ilegalmente" a computadoras y teléfonos para "vigilar personas y agentes públicos".

Las órdenes de prisión fueron dispuestas por el juez del STF, Alexandre de Moraes, quien ha afirmado que la policía había identificado a Carlos Bolsonaro como parte del "núcleo político" de la trama criminal.

• El escándalo estalló en octubre con el arresto de dos funcionarios de Abin, sospechosos de haber usado sin autorización el software de espionaje israelí FirstMile, que permite rastrear la geolocalización de celulares, para obtener ilegalmente informaciones en beneficio de Jair Bolsonaro (2019-2022) y su círculo cercano.

Según la prensa brasileña, la policía sospecha que la Abin espió ilegalmente a centenares de políticos, jueces y periodistas.

Entre ellos estaría el propio Moraes, frecuente objeto de la ira de Bolsonaro por haber ordenado varias investigaciones contra él y su entorno.

El expresidente, que es objeto de varios procesos judiciales, denuncia continuamente una "persecución" en su contra. "Quieren mi cabeza", lanzó luego de la operación policial en febrero contra su hijo, a lo que el mandatario Luiz Inacio Lula da Silva, su sucesor y rival ideológico respondió: "Tontería".

Carlos Bolsonaro reiteró que no tuvo "ningún vínculo con la Abin".