Islamabad, Pakistán.
La violencia, que había comenzado en la víspera con explosiones que mataron a 28 personas, continuó en la jornada electoral, con al menos siete agentes de seguridad muertos en dos ataques distintos.
Los sondeos apuntan a una victoria de Nawaz Sharif, de 74 años y de regreso del exilio desde octubre, que parece tener el apoyo del ejército, un actor político central en este país.
En caso de victoria sería primer ministro por cuarta vez en su carrera, al frente de la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N).
Por su parte, el ex primer ministro y popular ex jugador de críquet Imran Khan, de 71 años, condenado a tres largas penas de prisión, no pudo presentarse, avivando las sospechas de imparcialidad.
Su partido, Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), ha sido víctima de numerosos arrestos y deserciones forzadas y se le ha impedido hacer campaña.
Poco después de la apertura de los colegios electorales, el Ministerio del Interior anunció que los servicios de internet móvil quedaban "suspendidos temporalmente" en todo el país por razones de seguridad.
Según Alp Toker, director de Netblocks, una organización que monitorea internet, "el cierre actual de Internet se encuentra entre los más rigurosos y extensos que hemos observado en cualquier país".
Más de 650.000 militares, paramilitares y policías fueron desplegados para garantizar la seguridad de unos comicios ya salpicados por la violencia.
Aun así, cinco miembros del personal de seguridad murieron en un ataque en Kulachi, en la provincia noroccidental de Jáiber Pajtunjua, dijo un oficial de policía.
Previamente, otros dos agentes de seguridad habían fallecido por la explosión de una bomba cerca de un colegio electoral en la provincia de Baluchistán, en el suroeste del país.
Esta conflictiva región ya se vio sacudida el miércoles por dos atentados cerca de oficinas de candidatos electorales que mataron a 28 personas y fueron reivindicados por el grupo Estado Islámico.
- Los colegios electorales cerraron a las 17H00 (12H00 GMT) para los aproximadamente 128 millones de votantes registrados en los comicios.
Desconfianza
"Mi único miedo es saber si mi papeleta se contará efectivamente por cuenta del partido al que he votado", dice a AFP Syed Tasawar, un obrero de la construcción de 39 años, al salir de un colegio en Islamabad.
La campaña estuvo poco animada, prueba del desencanto con la política entre los paquistaníes, que en un 70% "no confían en la transparencia de las elecciones", según una encuesta del instituto Gallup.
El país estuvo gobernado durante décadas por el ejército, pero en 2013 hubo por primera vez un gobierno civil.
Imran Khan, que tuvo el apoyo del ejército cuando fue elegido en 2018, lo desafió directamente, acusándolo de orquestar su destitución del cargo de primer ministro en abril de 2022.
Su caída en desgracia parece haber favorecido a Nawaz Sharif. Y aunque su partido figura como favorito, el resultado puede variar mucho en función de la participación, en particular la de los jóvenes.
La mayoría absoluta se antoja en cualquier caso difícil de alcanzar para la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N), que probablemente deberá formar una coalición. Tal vez con el Partido del Pueblo Pakistaní (PPP), la formación heredada por Bilawal Bhutto Zardari, hijo de la asesinada ex primera ministra Benazir Bhutto y del ex presidente Asif Ali Zardari.
Pakistán, que dispone del arma atómica y ocupa una posición estratégica entre Afganistán, China, India e Irán, afronta numerosos desafíos.
La seguridad se degradó desde que los talibanes regresaron al poder en Afganistán en agosto de 2021. La economía paquistaní acusa una deuda gigantesca y una inflación que ronda el 30%.