Port Sudan, Sudán.
Más de la mitad de los sudaneses, es decir 25,6 millones de personas, enfrentan "una inseguridad alimentaria aguda" debido al conflicto que azota Sudán desde abril de 2023, indicó un informe respaldado por la ONU el jueves.
Según las proyecciones del informe del Marco Integrado de Clasificación de la Seguridad Alimentaria (IPC), en el cual se basan las agencias de la ONU, esta cifra incluye a "más de 755.000" sudaneses que enfrentan "hambruna", el nivel más alto de la escala IPC.
Más de 8,5 millones de personas están en situación de "emergencia", el último nivel antes de la hambruna.
- La guerra que enfrenta desde hace más de un año al ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, con los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de su exadjunto, el general Mohamed Hamdane Daglo, causó decenas de miles de muertos y provocado el desplazamiento de más de nueve millones de personas, según la ONU, en este país del noreste de África.
Existe "un riesgo de hambruna en 14 zonas" de Darfur (oeste), Kordofán (suroeste), al Jazira (centro) y la capital Jartum y sus alrededores, según la misma fuente.
En estas regiones más afectadas por el conflicto, "la situación es particularmente crítica para las poblaciones atrapadas por la guerra", afirma el informe.
La hambruna es definida por el IPC como "un estado de privación alimentaria extrema".
El acceso de las organizaciones humanitarias a Sudán es "insuficiente" y una parte de la población corre el riesgo de "morir de hambre", ya había advertido a principios de junio el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi.
En las zonas más afectadas por el conflicto, "el envío de dinero desde el extranjero y los sistemas de ayuda mutua locales", incluidos los numerosos grupos de defensa de la democracia que organizan la ayuda en Sudán, "contribuyeron en gran medida a evitar un deterioro aún mayor de la seguridad alimentaria" de las poblaciones, subraya el informe del IPC.
Ambos bandos han sido acusados de crímenes de guerra por haber atacado deliberadamente a civiles, bombardeado zonas habitadas y bloqueado la ayuda humanitaria.
Grupos de defensa de los derechos humanos y Estados Unidos también han acusado a los paramilitares de limpieza étnica y crímenes contra la humanidad.