Guadalajara, Jalisco.
Uno de los sentidos más importantes para el ser humano es la vista. Nuestros ojos detectan la luz, pero esta tiene distintos espectros, algunos de ellos invisibles para el ojo humano, como la luz ultravioleta. Pero, ¿cómo cambiaría nuestro entendimiento del mundo si pudiéramos ver otros tipos de luz?
Esto fue lo que planteó Andrés Cota Hiriart al público de la Feria Internacional del Libro.
En la agenda de ciencia de este evento destacó la conferencia titulada "Biología psicodélica. Colores secretos de la naturaleza." El zoólogo, escritor y comunicador Andrés Cota explicó, a través de diversos ejemplos, cómo los colores de la naturaleza influyen en la comunicación y la supervivencia de las especies:
"Imagínense una parvada de guacamayas que va bajando a la selva y está decidiendo adónde bajar a comer.
Desde el aire saben adónde bajar, y es por eso: porque la vitamina B tiene una reacción en la luz ultravioleta. Entonces, la fruta madura va cambiando sus azúcares y se ve diferente a la fruta no madura desde muy lejos."
A este ejemplo, agregó:
"Aves como los gorriones muchas veces no les damos valor porque los vemos solo como un pájaro café, pero realmente no son así. Entre ellos se ven con parches morados, azules y verdes, que además codifican un montón de cosas, y así se distinguen entre familiares."
Las radiaciones de la luz son un elemento fundamental en los procesos biológicos de los ecosistemas, como la polinización, la reproducción o la alimentación. Sin embargo, estas no son perceptibles para todas las especies, incluida la humana. Sobre esto, Andrés compartió:
"Parece que en la infancia podemos percibir más, pero luego se pierde. También se pierde porque el cerebro se va especializando. Francamente, es adaptativo, y para nosotros la luz visible nos ha funcionado muy bien."
- Finalmente, reflexionó sobre las limitadas capacidades sensoriales del ser humano y la idea prevalente de que percibimos la realidad tal como es. Señaló que se nos escapa el hecho de que la realidad es mucho más compleja: nuestro cerebro y sentidos solo nos permiten percibir una pequeña capa del mundo "real," la cual nos sirve para sobrevivir. Sin embargo, se nos escapa un sinfín de colores, sonidos y olores.
Información de Aitana Rodríguez.
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