Berlín
A Thea se la hizo un lobo. Winni la tiene de un accidente de moto. Las heridas, que más adelante cicatrizarán en costras, están eternizadas en un árbol genealógico pintado sobre toda una pared.
Pertenece a una macabra tradición familiar a la que ahora también se sumará Fabi con su propia cicatriz. ¿Realmente es lo que quiere? ¿Y a qué está dispuesto a renunciar solo para pertenecer?
Estas son las preguntas que plantea el corto de una media hora de duración "Kruste" (Costra) del director Jens Kevin Georg, que pronto recibirá una distinción especial: el exalumno de la Universidad de Cine Babelsberg Konrad Wolf de Potsdam, cerca de Berlín, es uno de los ganadores este año del Oscar estudiantil.
Para el joven cineasta se trata de "una distinción genial" para él y su equipo, según relata en un café berlinés. "Estamos agradecidos por todas las oportunidades", agrega.
Las estatuillas para los ganadores en un total de cuatro categorías se entregan el 14 de octubre en Londres. "Kruste" se impuso en la categoría "narrativa", junto con otros dos cortos ganadores: "The Compatriot", de dos directores checos, y "Neither Donkey nor Horse", de un egresado de la Universidad de Southern California en Estados Unidos.
Este año fueron presentados en total 2.683 aportes de más de 700 instituciones educativas de todo el mundo.
"Kruste", rodado en Polonia y el norte del estado federado alemán de Brandeburgo, gira en torno a volverse adulto, a la individualidad y a la pertenencia a un grupo. Son temas que Georg ya llevó varias veces al cine, según explica.
"Siempre me interesé mucho por cómo es estar afuera, querer pertenecer. Es decir, ese era un punto en el que siempre dije en mis anteriores películas: Sé lo que eres y no le des importancia a lo que dicen otras personas. Simplemente mantente fiel a ti mismo".
Sin embargo, también dijo haberse dado cuenta de que no cumplía con sus premisas y que en realidad en las más diferentes situaciones quería pertenecer. "Entonces pensé: Si en tus anteriores películas quizá no fuiste lo suficientemente honesto, prueba ahora, aunque duela".
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Y así se ve en la película. El niño Fabi de 12 años (interpretado por Philip Kapell) debe cumplir con una peligrosa prueba de valentía, para adquirir una cicatriz y probar que es un miembro plenamente válido de la familia. El lema de la familia es: "Las cicatrices fortalecen". Mientras que su hermana menor Bea (Luise Landau) es instada por el abuelo (Heinz Wanitschek) y su padre (Sven Hönig) a lesionarse, el sensible Fabi lidia con el desafío.
"Kruste", señala Georg, es una historia sobre marginados. "Mi necesidad con esta película fue decir: Un marginado o una marginada está en algún lugar en todos nosotros. Quizá no hablamos lo suficiente sobre ello".
El estilo de la película tiene algo de cuento de hadas. Las pinturas de los miembros de la familia heridos en el árbol genealógico recuerdan historias marciales. Una intención en ello fue encontrar "la delgada línea que divide la heroización del horror", dice el director.
También se inspiró en el famoso relato de Franz Kafka "La metamorfosis", en el que Gregor Samsa despierta un día convertido en un monstruoso insecto. La historia demuestra, dice, lo profundo que puede ser el dolor en la marginación.
Kafka, que murió hace cien años con solo 40 años, sigue siendo actual para Georg. Sus temas, sostiene, tienen algo universal y perduran en el tiempo.
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