El supercomputador BSC ensaya un sistema de alertas en el simulacro de terremoto de México
Imagen ilustrativa. Fotografía: EFE-Archivo




Barcelona.

El Barcelona Supercomputing Center (BSC) ensayará con su supercomputador MareNostrum 5 un sistema pionero de respuesta inmediata a grandes catástrofes en el simulacro nacional de terremoto de México.

El MareNostrum 5 será el primer supercomputador europeo en probar protocolos de cómputo urgente para simular el impacto de grandes catástrofes como los terremotos, tsunamis o erupciones volcánicas y poner a prueba las respuestas inmediatas.

El experimento, que tendrá lugar el 19 de septiembre, tiene como finalidad demostrar el potencial de las grandes infraestructuras computacionales para cálculos de emergencia, sistemas de alerta y respuestas urgentes ante fenómenos naturales extremos.

Gracias a la asignación excepcional de recursos de supercomputación, se crearán mapas de simulación sísmica sin precedentes que abarcarán la mitad del territorio mexicano, una de las zonas con más actividad sísmica del planeta. 

Mapas con la intensidad y el alcance del terremoto 

A partir de los datos reales de la alerta sísmica, como el hipocentro y la magnitud, obtenidos gracias a la colaboración entre el BSC y el Servicio Sismológico Nacional de México (SSN), los investigadores generarán mapas que muestren la intensidad y el alcance del terremoto. 

Será la primera vez que se usen simulaciones basadas en la física para producir mapas en alta resolución en los minutos posteriores a un sismo, lo que contribuirá a identificar regiones con mayor probabilidad de daños en infraestructuras y a reducir el tiempo de reacción de los equipos de rescate y protección civil.

Según Marisol Monterrubio Velasco, investigadora mexicana del BSC y responsable científica del ensayo, este ensayo "permitirá probar los flujos de computación urgente para terremotos que hemos desarrollado en el BSC en condiciones reales, y su uso potencial para ofrecerlo de forma operacional en el futuro". 

Los resultados, explica esta investigadora, "pueden ser valiosos para ayudar a las primeras acciones de respuesta ante catástrofes de un gran potencial impacto en la sociedad".

  • El simulacro, organizado por el Gobierno de México junto con el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el SSN, recreará un escenario hipotético con las mismas características que el devastador terremoto de 1985, que dejó más de 10.000 muertos, decenas de miles de heridos y más de 250.000 personas sin hogar.

Este seísmo tuvo una magnitud 8.1 con epicentro en la costa del Pacífico, en el sur del estado de Michoacán, una de las zonas con mayor actividad sísmica del mundo.

En el simulacro, México pondrá a prueba por primera vez su sistema nacional de alertas a través de la telefonía móvil, con el envío simultáneo de un mensaje a más de 80 millones de teléfonos.

La distribución de este mensaje masivo se sumará a las alarmas que sonarán en todo el país para indicar a la población que evacue sus hogares, escuelas y centros de trabajo y se dirija a las áreas seguras previamente designadas. 

Protocolo pionero en el ecosistema de supercomputación 

El ejercicio, realizado en condiciones reales y en colaboración directa con el SSN y la empresa Mondaic, será pionero en el ecosistema de supercomputación europeo.

Según Josep de la Puente, líder del Grupo Wave Phenomena del BSC, "se trata del primer protocolo de supercomputación urgente para emergencias en Europa, ya que hasta ahora solo había habido casos puntuales, como la simulación de la erupción de La Palma, que se hizo también en el BSC en 2021, pero sin un marco operativo establecido".

El equipo multidisciplinar de investigadores que participa en el ejercicio está compuesto por físicos, ingenieros, informáticos, sismólogos y geofísicos de los departamentos de Aplicaciones Computacionales para la Ciencia y la Ingeniería (CASE) y Ciencias de la Computación del BSC.

En situaciones muy críticas, como por ejemplo un riesgo inminente para vidas humanas, el sistema puede parar de manera automática la ejecución de procesos en curso para dar paso a tareas urgentes, sin demora ni intervención de operadores.  

Simulación computacional ante fenómenos extremos 

Esta capacidad de cómputo urgente y semiautomática supone un cambio de paradigma en el acceso a la supercomputación, orientada a ofrecer servicio inmediato en situaciones en las que una simulación en tiempo real puede ayudar en la toma de decisiones ante un potencial desastre. 

Este tipo de protocolos pueden contribuir a mitigar riesgos y aumentar la resiliencia ante fenómenos naturales como terremotos, huracanes, tsunamis, erupciones volcánicas o inundaciones, lo que puede ayudar a salvar vidas y reducir el impacto económico.