París
Desde que en 1163, en plena carrera por elevar a lo más alto de los cielos los templos góticos en Europa, se puso la primera piedra de Notre Dame, la catedral se ha erigido como un icono de ese arte medieval, pero también como un símbolo del poder político de París en Francia y en el mundo que puede contarse a través de diez fechas.
1163: París busca su grandeza
Sobre las ruinas de un templo merovingio, el obispo Maurice de Sully lanza la construcción de una catedral del estilo gótico, en boga en la época, con la ambición de ser el mayor de la cristiandad.
La leyenda cuenta que el papa Alejandro III acudió a orillas del Sena para colocar la primera piedra y la historia dice que durante unos años fue la más alta del mundo.
Notre Dame cumplió el papel para el que fue creada: el de representar la grandeza del gótico, con algunas de las más impresionantes obras de arte de ese estilo.
París, capital del reino pero no sede del arzobispado, que estaba en Sens, quería marcar su hegemonía. Con ello, el templo unió desde su creación su historia a la vida política del país.
1239: San Luis aporta la corona de espinas
Hacía falta un elemento religioso de talla y Luis IX, el rey santo, se lo aportó tras adquirir por 135.000 libras tornesas, la mitad del tesoro real, a su primo, el emperador Balduino de Constantinopla, asolado por los cruzados y por las deudas, una corona de juncos entrelazados con hilo de oro que la tradición consideraba la que los romanos habían colocado en la cabeza de Cristo antes de su crucifixión.
San Luis, que había ordenado construir en su palacio la Santa Capilla para albergar esa reliquia, murió antes de ver acabada Notre Dame, que acogió su funeral en 1270 y que recuperó la corona en el siglo XIX.
La reliquia se salvó de las llamas en el incendio de 2019 y fue guardada en la caja fuerte personal de la alcaldesa, Anne Hidalgo.
1431: Coronación de Enrique VI de Inglaterra
En plena guerra de los Cien Años, Enrique VI de Inglaterra es entronizado en Notre Dame, dos años después de que su gran rival Carlos VII lo hubiera sido en Chartres, símbolo de la rivalidad entre catedrales en medio del conflicto.
El monarca tiene 10 años y el país no le acepta, pero la suya es la primera de las dos coronaciones que tendrán lugar en el templo, aunque su reinado en Francia duró poco y ante la animadversión del pueblo pronto regresó a Inglaterra.
1559: Felipe II se casa en Notre Dame,... por poderes
Icono del poder y la grandeza, Notre Dame fue escenario de numerosas bodas reales, como la que Maria Estuado, reína de Escocia, y Fancisco II de Francia en 1558 o la de Napoleón III y Eugenia de Montijo en 1853.
Pero una de las más representativas fue la de Felipe II de España e Isabel de Francia, que se hizo en 1559 por poderes para poner fin a la guerra entre ambos países.
Para su tercera boda, el monarca español, que tenía 32 años, envió al duque de Alba para representarle en los esponsales con la heredera francesa, de 14.
El día de la boda, en una justa que se celebró durante los festejos, el rey de Francia, Enrique II recibió un golpe de lanza en un ojo y falleció.
1789: La Revolución contra Notre Dame
Lo tenía todo, símbolo religioso y del poder monárquico. Todo para ser el blanco de la ira de los revolucionarios que saquearon sus obras de arte y taparon con pintura negra muchas de sus vitrinas, donde resplandecía la flor de lis de los Borbones.
Unos años más tarde, en 1793 un movimiento popular invadió el templo y organizó una Fiesta de la Libertad que rebautizó la catedral como Notre Dame de la Razón. El edificio cayó en desgracia y durante unos años fue incluso utilizado como depósito de vino.
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1804: Napoleón emperador
Casi cuatro siglos después de su primera coronación, Notre Dame volvió a servir de decorado para otra, esta vez la de Napoleón como emperador, una escena bien orquestada para marcar su poder más allá de las fronteras francesas.
El papa Pío VII acudió a París para ungir con el cetro imperial a Bonaparte, pero la leyenda cuenta que fue él mismo quien le arrebató la corona y se la colocó en la cabeza.
La escena fue inmortalizada por Jacques-Louis David en un célebre y monumental cuadro que cuelga de los muros del Louvre.
1831: Resucitada por la pluma de Victor Hugo
Abandonada por los parisinos, la catedral pierde atractivo y deja de ser el centro de la vida política y religiosa de la ciudad. Enamorado de su leyenda, Victor Hugo escribe su obra 'Notre Dame de Paris', que dota al templo de una mitología cuya popularidad llega hasta nuestros días.
Pierre Gringoire, Esmeralda, Claude Frollo o Quasimodo han dotado a Notre Dame de un relato novelesco que apasiona tanto como su grandeza artística y simbólica, y que ha sido objeto de numerosas adaptaciones al teatro y al cine.
1844: La restauración de Viollet-le-Duc
Recobrada su popularidad, Notre Dame debía recuperar también parte del esplendor perdido, algo que intentó el célebre arquitecto Eugène Viollet-Le-Duc, responsable del aspecto actual de la catedral, simbolizado en la flecha de 96 metros, pasto de las llamas en el incendio de 2019 y reconstruida de forma idéntica.
Inspirada en la de la catedral de Orleans, la flecha estaba jalonada de monumentales esculturas de los cuatro apóstoles, que no perecieron en el incendio porque habían sido desmontadas para su restauración unos meses antes.
En su cénit, un gallo dorado, símbolo de la resurrección de Cristo, que contenía una espina de la corona de Jesús además de reliquias de San Denis y Santa Genoveva, fue destruido pero también ha sido reproducido casi de forma idéntica.
1944: Atentado contra De Gaulle
Nada más entrar en París y ascender a pie los Campos Elíseos aclamado por las masas como el liberador, el general De Gaulle acudió a la catedral acompañado de otros de los líderes de la resistencia para asistir a un 'Te Deum'.
Cuando se entonaba el 'Magnificat', cuentan las crónicas, comenzó un tiroteo que apuntaba directamente a la figura del general, pero que enseguida fue acallado por las fuerzas del orden.
2019: El incendio que le coloca al borde del fin
En la tarde del 15 de abril de 2019 comenzó a salir humo de la techumbre del templo, prolegómenos de un incendio que fue ganando importancia a medida que caía la noche y que acabó por consumir su aguja, la cubierta de madera conocida como "el bosque" y parte de las bóvedas.
Los bomberos evitaron que el fuego pusiera fin a nueve siglos de historias, abriendo un nuevo capítulo, el de una reconstrucción que el presidente Emmanuel Macron fijó en cinco años y que este sábado tocará a su fin.
Notre Dame ofició entonces todo su peso de icono, conmocionó al mundo y recibió una ingente ola de solidaridad que se saldó con una recaudación de 830 millones de euros procedentes de donantes de todo el mundo.
Tras cinco años de obras, la catedral reabre con la misma imagen que tenía antes del incendio, en la que se perdieron apenas un 5 % de sus obras artísticas, pero con un esplendor recobrado y la vista puesta en el futuro.
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