Guadalajara, Jalisco.
Tan importante es el turismo para la economía de Jalisco que, muchas veces, los gobiernos centran sus políticas públicas en satisfacer las comodidades de los visitantes extranjeros antes que en aliviar las necesidades de sus habitantes, que no sólo son mayoría, sino que son a quienes representan.
A este comportamiento se suma la iniciativa privada o el empresariado, que regularmente acomoda su actividad comercial a la masificación turística, olvidándose de la identidad propia del pueblo o barrio en donde está instalado.
- Esa es la primera encrucijada en la que se encuentra el turismo de nuestro estado: la TURISTIFICACIÓN.
Antes que nada, hay que admitir que la Zona Metropolitana de Guadalajara es clave para el turismo de la Entidad. En 2019, año previo a la pandemia, la capital reportó un Producto Interno Bruto (PIB) Turístico
superior a los 27 mil 800 millones de pesos, lo que no sólo es una cifra altísima (equivale al 87% de lo que costó la Línea 3 del Tren Ligero),
sino que se trata de una cuarta parte de los ingresos de todo Jalisco por actividades turísticas.
De esta forma, Guadalajara se coloca como el segundo municipio más importante para el turismo en la Entidad, siendo superado sólo por Puerto Vallarta
Y no es de extrañarse, pues sus museos, su arquitectura histórica, sus bares y restaurantes, así como los 269 atractivos que identifica la Secretaría de Turismo sólo en ese municipio lo hacen un destino ideal para los viajeros.
No obstante, este glamour tan atractivo para el turismo ha provocado que el mercado y las políticas públicas de urbanización sofoquen la identidad cultural de los barrios.
En los casos más extremos se detona el desplazamiento de los habitantes a las periferias (lo cual se conoce como gentrificación), alejándolos “en pro del desarrollo urbano planificado” para explotar el turismo y garantizar más visitas.
A este proceso también se le llama turistificación. Así lo explica el Coordinador del Observatorio de Desigualdades de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Máximo Ernesto Jaramillo Molina:
“Esa priorización del turismo termina generando consecuencias negativas en términos de pobreza, de salarios, de dependencia… Más allá también de todas las consecuencias ambientales que pueda tener el turismo”.
Aquí se presenta uno de los efectos que más resienten los habitantes de Guadalajara por la gran afluencia turística en el municipio: el encarecimiento exponencial de la vivienda.
De acuerdo con el portal de clasificados online de bienes raíces, Inmuebles24, entre 2020 y 2024 el precio promedio de la vivienda en la ciudad de Guadalajara aumentó 46 por ciento, tanto en renta como en compra.
Por una parte, el turismo genera derrama económica, generación de empleos, prosperidad del comercio y otros efectos positivos. El tema es que no hay autoridad que se haya atrevido a regular los alojamientos de corto plazo.
Y ahí está un factor importantísimo que contribuye a este aumento en los costos de la vivienda en Guadalajara.
Entonces, la gente que renta en la capital ya no puede costearse su alojamiento, los abandona y se va a vivir a puntos más lejanos. Por ejemplo, a Tlajomulco o El Salto.
Las estancias de corto plazo son un tipo de alojamiento turístico que se contrata a través de plataformas digitales; se le conoce como “modelo airbnb”.
Mostrar “Estadísticas rápidas sobre los alojamientos vacacionales en Guadalajara” que se ubica hasta abajo de la página de airbnb
Y de acuerdo con la página airbnb, hay alrededor de siete mil 300 propiedades activas para estancias cortas en Guadalajara.
Esa es una buena noticia para la Secretaría de Turismo, sobre todo cuando esas siete mil 300 propiedades, en conjunto con los hoteles, generaron ingresos por más de 19 mil 400 millones de pesos, mostrando así una clara superioridad en el sector con respecto a quienes se quedan a dormir con amigos, conocidos o familiares.
El académico expuso que el auge de este tipo de negocios golpeó al mercado inmobiliario por la gran afluencia de turistas con más recursos, o al menos más recursos en comparación con los residentes locales, ya que los primeros están dispuestos a pagar mucho más por un alojamiento temporal, meramente turístico.
“Lo que sucede es que grandes capitales invierten en desarrollos inmobiliarios que construyen viviendas, que más que viviendas de largo plazo están diseñadas y articuladas para funcionar como estancias de corto plazo.
Eso, al final de cuentas termina haciendo distorsiones en el mercado que, como consecuencia, tienden a que incremente el alquiler para las personas que ya habitan estas ciudades”.
El “desarrollo económico” que ha traído este modelo de alojamiento, sumado a la especulación provocada por la compra, construcción y abandono de inmuebles (lo cual es cada vez más notable en Guadalajara), ha sido duramente cuestionado porque ignora las necesidades de los ciudadanos locales.
- Frente a esta encrucijada, ¿Qué alternativas tienen las autoridades para que el turismo, uno de los principales motores de la economía jalisciense, concilie estas actividades con los tapatíos?
Como ejemplo, hay referentes internacionales que ya han puesto restricciones al hospedaje de corto plazo, por considerarlo perjudicial al derecho a una vivienda digna para los habitantes.
Por ejemplo, Nueva York considera que “en aquellos barrios donde las viviendas se usan para alquileres de corto plazo, el confort y la seguridad de los visitantes y residentes permanentes están en riesgo”.
Por lo tanto, desde septiembre de 2023, en esa ciudad está prohibido alquilar un departamento entero por menos de 30 días sin que los dueños estén presentes.
En contraste, el también profesor del Departamento de Sociología de la UdeG advirtió que en México hay políticas fiscales que, por el contrario, disminuyen los impuestos al hospedaje, lo que sólo beneficia a la iniciativa privada y a los turistas… pero no a la población local.
“Para incentivar el turismo se bajan los impuestos al hospedaje, lo que está relacionado en todos los estados con la industria hotelera, pero en algunos también ya con airbnb y estas plataformas de alojamiento. Lo interesante es que debería ser lo contrario:
lo que se debería buscar es que esas mismas actividades turísticas generen derrama económica, no sólo para las grandes cadenas hoteleras, sino para los trabajadores que están en esas cadenas
Y ante esta realidad, muchos turistas ven en nuestro país o estado no sólo un lugar para vacacionar, sino para vivir. Tanto que se puede decir que llegaron para quedarse.
Pero eso te lo cuento en la siguiente parte de este trabajo especial.
Texto: Adán Padilla.
- Jalisco: La encrucijada del turismo Parte II: Los que llegaron para quedarse- 08 octubre, 2024
- Jalisco: La encrucijada del turismo Parte I: ¿De verdad los turistas van primero?- 07 octubre, 2024
- Pumas se lleva el Clásico Capitalino- 29 septiembre, 2024