Guadalajara, Jalisco.
“La ropa que usas habla de quién eres sin decir una palabra”, eso es lo que significa para Karen Beltrán ser diseñadora de modas, ayudar a las personas para que reflejen su esencia con las prendas que portan.
En su caso se ha dedicado en los últimos seis años al diseño de vestidos de gala y para novia.
“Siempre me inspiro en mis clientas, he aprendido mucho que cada mujer y persona es una historia, cada una está pasando por momentos diferentes en su vida, y querer transmitir eso en un vestido es lo que me inspira.
Que cada una se vea única y diferente pero también que esas piezas perduren en el tiempo y sean vestidos atemporales que puedan ver la foto en diez años y les siga gustando su vestido”.
Actualmente, cuenta con una certificación internacional por parte del Istituto Marangoni London.
- Ella prefiere la diseñar y producir poco y de manera artesanal que de manera industrial ya que piensa que cada persona es única y diferente y por ende su manera de expresarlo con la ropa es igual.
“Me gustan más las prendas más personalizadas hechas a la medida que sean un trabajo más artesanal y no una producción masiva, siempre mi marca ha ido enfocada en eso, que las prendas sean con mucho detalle, que todo sea hecho a mano, y sobre impulsar el diseño de modas en México”.
Producir por pieza requiere de más tiempo y manos. Así lo cuenta Karen Beltrán desde su experiencia con el diseño de vestidos para bodas.
“Cada vestido nos toma en tiempo aproximadamente tres semanas, sobre todo si lleva muchos detalles a mano, trabajándolo entre seis a siete personas. Entonces para mí cada pieza es una obra de arte porque cada cuerpo es diferente y cada persona es un mundo”.