Guadalajara, Jalisco.

Un ejemplo de las economías que dejan fuera a ciertos grupos es el “trabajo” de personas repartidoras, explicó la directora de Oxfam México, Alejandra Haas.

• Agregó que son personas que han encontrado en el reparto, el acceso a un trabajo, personas mayores, migrantes, mujeres que necesitan cierta flexibilidad o jóvenes que estudian.

Y aunque la empresa sea de tecnología, en realidad ellos hacen el trabajo “más viejo” del mundo, que es llevar un paquete de un lugar a otro, no son socios ni tienen relación laboral con la compañía.

“Son personas que en muchos casos nunca han hablado con un ser humano en su vinculación con la empresa, toda su relación es a través de de una aplicación móvil en donde les responde un algoritmo que no conocen”.

Se trata de un sector económico creciente de la precariedad en donde las empresas utilizan argumentos que han sido aplicados en otros sectores precarios: “si no estuviéramos, aquí no tendrían empleo”.

“Aprovechan, su modelo de negocio es la precariedad, la buena noticia es que se presentó en el Congreso Federal una iniciativa para establecer límites alcances y derechos para repartidores. Si se logra pasar esta ley va a ser un parteaguas global de cómo se relacionan las empresas con las y los trabajadores”.

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