Maputo, Mozambique
Mozambique votó este miércoles para elegir al presidente, al Parlamento y a los gobernadores provinciales, en unos comicios que se desarrollaron bajo tensión.
Más de 17 millones de personas de este país del sur de África fueron llamadas a votar hasta el cierre de urnas a las 18H00 (16H00 GMT).
Los resultados apenas se conocerán en unos 15 días, advirtió la comisión electoral del país lusófono.
El presidente saliente, Filipe Nyusi, de 65 años, quien dejará el cargo después de servir el tope de dos mandatos, fue uno de los primeros en sufragar, según un periodista de AFP presente en el local de votación en la capital Maputo.
El partido de Nyusi, el marxista Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo), se perfila como favorito para continuar en el poder, pese a las advertencias de la oposición de que no tolerará un fraude.
Las últimas elecciones, en 2019, en las que el Frelimo obtuvo el 73% de los votos, estuvieron empañadas por irregularidades. El partido lleva medio siglo en el poder.
"Es importante votar para lograr el cambio. Hay que votar, salir de casa. Si no, no pasa nada", advirtió la comerciante Amalia Brandan, de 52 años, mientras esperaba su turno para votar.
El candidato de Frelimo, Daniel Chapo, de 47 años, es un exgobernador provincial sin experiencia en el gobierno nacional y se perfila como favorito.
Las elecciones se celebran en un contexto de pesimismo económico y en un clima de temor por los ataques yihadistas en el norte del país, que frustran la esperanza de generar riqueza con los yacimientos de gas natural en el océano Índico.
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Tres candidatos se postularon por la oposición: Ossufo Momade de la Resistencia Nacional Mozambiqueña (Renamo), Lutero Simango (MDM, centroderecha) y Venancio Mondlane, quien se separó recientemente de Renamo.
"Nada va a cambiar, los resultados serán los mismos", vaticinó Domingos Do Rosario, un profesor de ciencias políticas en Maputo, citando la debilidad de las instituciones y las desigualdades, con 74% de la población por debajo del umbral de pobreza, según el Banco Mundial.