Cuando respirar enfermaParte II: Ciudades que asfixian
Imagen y edición: Jorge Vidal




 Guadalajara, Jalisco 

Vivir en grandes ciudades puede ser benéfico para el desarrollo económico, académico y cultural de las personas, pero también tiene un alto costo: los niveles elevados de contaminación atmosférica enferman a sus habitantes.

Está comprobado que quienes viven en urbes presentan más enfermedades cardiacas, problemas respiratorios y cáncer de pulmón que quienes habitan en zonas rurales, donde el aire es más limpio.

A nivel global, se calcula que 1.3 millones de personas mueren cada año a causa de la contaminación atmosférica urbana; más de la mitad de esas muertes ocurren en países en desarrollo, como México.

Cuando respirar enfermaParte II: Ciudades que asfixian

Fotografía referencial. Créditos: UdeG

Y para muestra de que los contaminantes afectan cada vez más las vías respiratorias, basta con visitar el Servicio de Neumología y Fisiología Pulmonar del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, donde el jefe del área, Gerardo Rojas, explica el aumento en la atención a pacientes:

“Ha aumentado increíblemente su demanda. Estamos hablando de que, en los últimos dos años, creció un 30 por ciento el número de atenciones en el Hospital Civil. Son actividades relacionadas con el post-COVID, pero seguimos atendiendo principalmente a personas con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y asma, que representan el 80 por ciento de los casos.

El otro 20 por ciento corresponde a pacientes con fibrosis pulmonar, hipertensión pulmonar o apnea del sueño, enfermedades que también afectan al sistema respiratorio y cardiológico”.

Si además de vivir en una gran ciudad se trabaja o reside cerca de fuentes emisoras de contaminación, como zonas industriales, los riesgos de enfermedad se incrementan notablemente.

“Ese tipo de enfermedades, cuando tenemos el antecedente epidemiológico de que trabajan, por ejemplo, en una cementera o en un lugar donde se usan solventes, es más fácil de diagnosticar (...)

Las zonas del Oriente de la ciudad son las más afectadas; las personas presentan diversos problemas respiratorios relacionados con alergias y contaminantes. Esto se debe a las ladrilleras del Oriente y la cementera en Miravalle.

Depende mucho de la dirección del aire, pero esas zonas son las más desfavorecidas y sus habitantes sí padecen enfermedades respiratorias”.

Otros pacientes que acuden con frecuencia al hospital por enfermedades respiratorias son vecinos de los sectores Reforma y Libertad.

¿Y qué estamos respirando?

“Estamos respirando moléculas probablemente menores a 10 micras, lo que les permite llegar a las vías respiratorias. Cuando la masa particulada es menor a 2.5 micras, puede alcanzar los bronquiolos e incluso los alvéolos, provocando inflamación en esa zona”.

Estas partículas contaminantes agravan enfermedades respiratorias como asma o EPOC, pero también irritan las vías respiratorias de personas sanas.

“Las personas sanas también pueden presentar irritación en las vías respiratorias, y tenemos otro problema: el aumento en el consumo de tabaco, que se suma a la contaminación atmosférica”.

La exposición constante al aire contaminado está asociada con estrés oxidativo e inflamación celular, procesos que sientan las bases para enfermedades crónicas y cáncer.

  • En 2013, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud clasificó la contaminación del aire como cancerígena para los seres humanos.

Ante esta realidad, ¿qué podemos hacer?

Te lo contaré en la próxima entrega.


Rocío López Fonseca