Leonardo Padura y la memoria de la historia: Un encuentro en Guadalajara
Fotografía: Cortesía




Guadalajara, Jalisco.

La noche del martes, el Paraninfo Enrique Díaz de León fue testigo de un diálogo profundo y reflexivo con el escritor cubano Leonardo Padura, quien charló acerca sus libros Ir a La Habana y El hombre que amaba a los perros.

Acompañado por Patricia Córdova y Diego Petersen, el autor entabló una conversación con el público bajo el título 'Mis historias en La Habana'.

Conocido por su estilo minucioso y su capacidad para entrelazar la ficción con la investigación histórica, Padura

abordó la trascendencia de su obra y la manera en que ha dado voz a episodios silenciados del pasado.

En especial, destacó El hombre que amaba a los perros, una novela que reconstruye la vida de León Trotski y su asesino, el español Ramón Mercader, mientras traza una feroz crítica al régimen estalinista y a la Revolución cubana.

Desde el inicio de la charla, Diego Petersen enmarcó la discusión al destacar que de alguna manera El hombre que amaba a los perros es la crónica de el envejecimiento de un sueño, es crónica muy fuerte de cómo un sistema se va corrompiendo hasta lo más intrínseco.

  • A partir de esta premisa, Padura explicó la relevancia del asesinato de Trotski como un punto de no retorno en la historia del comunismo y la represión estalinista.

"Esta es una novela que tiene mucha relación con México porque el acontecimiento climático ocurre en Coyoacán el 20 de agosto de 1940, cuando Ramón Mercader asesina a Trotski.

Escogí ese momento porque simbólicamente reúne todas las condiciones para demostrar que ya no había retroceso en la perversión de esa utopía”.

Padura subrayó que este hecho no solo tiene un peso simbólico, sino también político, pues coincide con el inicio de la Segunda Guerra Mundial y con el pacto de no agresión entre la Unión Soviética y la Alemania nazi. Un acuerdo que, según el escritor, fue visto por muchos comunistas como una traición de Stalin.

"Lo que ocurre en esa década de 1930 es clave.

Yo arranco esta novela en 1929, cuando Trotski es deportado de la Unión Soviética y enviado al Asia soviética. Es en ese momento que él termina su autobiografía, y ahí empiezo yo. Para mí, ese es el instante más dramático de su existencia: después de haber sido una figura heroica de la Revolución de Octubre".

El escritor detalló cómo, durante décadas, la propaganda y el miedo impidieron aceptar la realidad de la represión estalinista. Solo con la caída de la URSS y la apertura de los archivos de Moscú en los años 90 se pudo conocer la magnitud de los crímenes del régimen.

Uno de los episodios que más le impactó al investigar la novela fue la relación entre la República Española y la Unión Soviética durante la Guerra Civil Española. Hasta entonces, se tenía la percepción de que la URSS había sido el gran aliado de la República. Sin embargo, los documentos revelaron una realidad más compleja.

  • Más allá de los documentos y los análisis históricos, el escritor enfatizó que su visión de los hechos está marcada por su propia experiencia en Cuba, un país que durante décadas ha estado bajo un sistema socialista.

"Creo que si esta novela la hubiera escrito un mexicano, un español o un argentino, habría sido diferente. Le habría faltado la experiencia de haber vivido en una sociedad socialista.

Esa es una experiencia que no se aprende en los libros; se vive en la realidad cotidiana"

La charla en el Paraninfo fue solo uno de los encuentros que Padura sostuvo con sus lectores en Guadalajara. Más temprano, el escritor protagonizó una firma de libros en la Librería Carlos Fuentes, donde decenas de admiradores se acercaron para intercambiar impresiones sobre su obra.


Héctor Navarro