Olallo Rubio explora los límites de la culpa y el terror en su nueva película Tormento
Fotografía: cortesía




Guadalajara, Jalisco

Olallo Rubio estrena Tormento, una película que combina el terror psicológico con una mirada íntima hacia la culpa y la soledad. El filme, protagonizado por Natalia Solián, llega este 13 de noviembre a salas mexicanas y marca un cambio radical en la trayectoria del director. 

La historia sigue a una guardia de seguridad que, tras atropellar accidentalmente a una persona, es enviada a trabajar en la morgue.

  • A partir de entonces, comienza a percibir presencias y sonidos inquietantes que la confrontan con su propia conciencia.
Olallo Rubio explora los límites de la culpa y el terror en su nueva película Tormento

Fotografía: cortesía

“Es una producción mexicana bastante única. Todos los elementos se conjugaron de manera armónica para construir un artificio que invita a vivir una experiencia emocional y sensorial”, afirmó Rubio. 

El cineasta, recordado por títulos como Gimme the Power y This Is Not a Movie, explica que con Tormento buscó desprenderse del discurso social para centrarse en la emoción pura.

“El terror es cine en su estado más elemental: atmósferas, ritmo, silencio y tensión. No hay tanto espacio para el discurso. Todos nos pusimos al servicio de la película, como debe ser”.

Olallo Rubio explora los límites de la culpa y el terror en su nueva película Tormento

Fotografía: cortesía

Rubio llevaba años con el deseo de dirigir una cinta de terror, aunque varios de sus proyectos anteriores nunca lograron concretarse.

“La naturaleza del cine es no hacerse. El 99.9% de las películas no se hacen, todo conspira en contra. En mi caso, los proyectos eran considerados demasiado políticos o experimentales. Curiosamente, Tormento terminó siendo más arriesgada que muchos de ellos, pero esta vez se concretó”.

El rodaje se realizó en 16 noches consecutivas, una experiencia extenuante que terminó por influir en la atmósfera de la película.

“En teoría, tendría que habernos afectado negativamente, pero ocurrió lo contrario. Había cansancio, sí, pero también una energía colectiva impresionante”.

Rubio destacó especialmente la entrega de Natalia Solián.

“Ella pertenece a ese tipo de actores que no fingen las emociones, las viven. Imagínatela a las cuatro y media de la mañana, con todo el equipo agotado, sintiendo auténtica angustia. Eso le dio a la película un realismo brutal”.

El guion pasó por ocho tratamientos y fue depurado constantemente hasta reducir los diálogos al mínimo.

“Quería que hablara el inconsciente de la protagonista. Las fuerzas invisibles debían manifestarse más por la atmósfera que por la palabra. Como decía Juan Gabriel, ‘hasta el silencio a veces es música’”.

Olallo Rubio explora los límites de la culpa y el terror en su nueva película Tormento

Héctor Navarro