Guadalajara, Jalisco. 

El Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) intenta replantear su futuro con un programa de reingeniería que reconoce una crisis profunda y propone medidas drásticas:

contratar nueva deuda, recortar personal mediante un esquema de retiro voluntario y ajustar cada año la tarifa del agua hasta que, en 2030, alcance el costo real de operación.

El plan, que dio a conocer este lunes el Diario NTR, fue aprobado por la Junta de Gobierno el 21 de noviembre y lleva por título “De crisis institucional a modelo nacional”.

Sin rodeos, en el documento se admite que la tarifa actual es "insuficiente" y que existe una diferencia de hasta 44 por ciento entre lo que cuesta proveer el servicio y lo que pagan los usuarios.

También reconoce que la definición de la tarifa se ha politizado y que entre la ciudadanía persiste la percepción de un manejo ineficiente de los recursos.

El SIAPA calcula que, para estabilizarse y modernizar su operación, necesita inversiones por 80 mil 897 millones de pesos en el mediano y largo plazo. De ese monto, 77 mil 470 millones serían para infraestructura hidráulica, 3 mil 70 millones para renovar sistemas, 170 millones para adquirir maquinaria y entre 38 y 87 millones para incentivos de retiro que permitan reducir la nómina.

• Entre los proyectos considerados prioritarios aparecen el nuevo acueducto Chapala–Guadalajara, la modernización de la Planta Potabilizadora de Miravalle, el acueducto de la Presa Elías González Chávez a la Planta 3 y la ampliación de esta última.

Estas obras requieren 21 mil 819 millones de pesos, que tendrían que provenir del Gobierno federal, el estatal o financiamiento.

• Otros 2 mil 533 millones se plantean para una planta de bombeo en La Calera, sustitución de redes, atención de socavones, rehabilitación de colectores, renta de pipas, mantenimiento de tanques y control de maleza en el Río Santiago.

El organismo también propone ajustes administrativos: reestructurar su deuda actual de 2 mil 100 millones de pesos, crear fideicomisos para separar los ingresos destinados a inversión y gasto corriente, actualizar el organigrama, revisar perfiles directivos y volver a contratar empresas privadas para la cobranza. 

En su propio diagnóstico, el SIAPA reconoce problemas como burocracia excesiva, escasa profesionalización, tensiones sindicales, riesgos de corrupción y una plantilla que no corresponde a las necesidades reales del organismo.

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