Madrid.
La cantante Celia Cruz, de quien este año se cumple el centenario de su nacimiento (21 de octubre de 1925), fue una mujer de vanguardia que "nunca se sintió ni feminista ni activista".
Según dijo este martes en una entrevista con EFE la historiadora y musicóloga cubana Rosa Marquetti, quien resaltó sin embargo que hizo mucho por las mujeres de su época.
"Ella no lo hacía conscientemente, no existía ni el activismo ni el feminismo en términos políticos, pero si era muy inspirador que una chica afroamericana en el año 48 cantara lo que cantaba ella", señaló Marquetti en la Casa de América de Madrid, donde hoy imparte una conferencia sobre la artista cubana.
Según la musicóloga, en Cruz había un empoderamiento "en el sentido de que ella sabía el valor que tenía su voz y que ya estaba en otros tiempos. No creo que fuera consciente, lo importante era que ese mensaje estuvo. Pocas cantantes ayudaron tanto a las mujeres compositoras de música popular como Celia Cruz".
Marquetti, autora del libro 'Celia en Cuba (1925-1962)', descubrió en una investigación que la cantante cubana hizo diez grabaciones en su segundo viaje al exterior con 23 años, en 1948. De ellas solo han aparecido discos de ocho.
"Y una de esas canciones se llama 'Quédate negra'. Cuando yo veo el título pienso que es un chico que le está diciendo a ella quédate mi negra, no te vayas, pero cuando la oigo me doy cuenta de que no es de eso. Me fue absolutamente reveladora porque hasta ese momento yo no había nunca escuchado una canción donde se reivindicara la belleza negra como válida. No era un elogio, era una comparativa", explica.
Ese tema, compuesto por Facundo Rivero, fue asumida por Celia, que lo cantó.
"Lo que me llama la atención es que ella no tuvo miedo a grabar eso. Yo no creo que con 23 años y en la Cuba de 1948 ella tuviera consciencia de que estaba marcando un momento importante que pudiera ser inspirador para las mujeres negras, pero de hecho es una historia absolutamente consecuente con como fue ella, una mujer que sin ser activista era una mujer de vanguardia", señala Marquetti.

EFE/Rodrigo Jiménez
Una figura políticamente delicada en Cuba
La musicóloga cubana asegura que la figura de Celia Cruz siempre ha sido "muy políticamente delicada para los cubanos. Ella fue simplemente una mujer que se sentía independiente. Era una diva, una de las mujeres mejor pagadas".
Y subraya que tenía una característica crucial para llegar a donde llegó: trabajar. "Era muy laboriosa, muy disciplinada, bastante segura de si misma. Era una hormiguita trabajadora".
"No iba de diva pesada. Era una mujer negra, no respondía a los cánones de belleza de la época, pero con su perseverancia y su talento, su inteligencia era brillante, lo consiguió. No tuvo representantes hasta muy avanzada su carrera en Cuba", cuenta.
La salida de Cuba, su mayor sufrimiento
El salir de Cuba, dice Marquetti, y no poder volver fue su mayor sufrimiento, "porque ella no sabía que no iba a regresar. Sale el 15 de julio de 1960 a cumplir un contrato en México con su madre ya enferma".
Es entonces cuando la Isla rompe relaciones con Estados Unidos y hay una ley que decreta que todo aquel que no regrese a Cuba será declarado traidor y le serán confiscados todos los bienes.
"Celia hace todo por volver pero no lo consigue. Su madre muere y no puede entrar a Cuba", precisa la musicóloga cubana.
Ese fue el antes y el después de su relación con el Gobierno cubano. "Pero ella desde el primer momento supo separar muy bien los conceptos de patria, nación, país y Gobierno. Siempre fue la representación de Cuba en el mundo. Pero lo sufrió amargamente"
Sin embargo, el pueblo cubano siempre guardó sus discos y siguió siendo una mujer negra referente, indica Marquetti.
- "Hay un vacío de conocimiento en tres generaciones, pero es mayor que el vacío sonoro porque la gente oía y guardaba sus discos. Ella se había convertido en leyenda. Celia en cada disco al salir de Cuba incluía una canción relacionada con su país en la distancia", concluye.
Alida Juliani