Guadalajara, Jalisco.
A pesar de ser una de las entidades con mayor número de habitantes y municipios del país, con ocho millones de personas repartidos en 125 ayuntamientos, Jalisco está lejos de cumplir con el estándar internacional de personal de bomberos.
De acuerdo con datos oficiales de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco (UEPCBJ) obtenidos vía Ley de Transparencia, en la entidad hay actualmente 3 mil 277 bomberos registrados para atender a más de 8 millones de habitantes, es decir,
apenas 0.39 bomberos por cada mil personas, cuando la recomendación internacional es de al menos 1 bombero por cada mil habitantes.
La situación se agrava en los municipios rurales. En al menos 20 demarcaciones, hay menos de 5 bomberos registrados. Pero en Santa María de los Ángeles, con sus poco más de cuatro mil habitantes, no tienen un sólo bombero registrado.
Municipios como Totatiche, Chimaltitán, Bolaños y San Martín de Bolaños están en riesgo latente porque tienen menos de cinco elementos en su corporación Estos municipios se encuentran completamente desprotegidos ante incendios, desastres naturales o accidentes, dependiendo de la capacidad de reacción de sus municipios vecinos o de la coordinación estatal.
Por el contrario, los municipios metropolitanos como:
- Guadalajara (425 bomberos
- Zapopan (421)
- Tlaquepaque (102)
- Y Puerto Vallarta (198) concentran casi la mitad del personal de bomberos del estado. Sin embargo, incluso estos municipios no alcanzan la proporción ideal.
Guadalajara, por ejemplo, con una población de más de un millón 300 mil personas, debería contar con al menos mil 300 elementos, pero tiene sólo una tercera parte.
La falta de cobertura también se traduce en tiempos de respuesta más largos. Según estándares internacionales, el tiempo ideal de llegada a una emergencia debe ser inferior a cinco minutos, lo que sólo puede lograrse con estaciones cercanas y personal suficiente.
De acuerdo con un análisis hecho en los sitios de internet de las ciudades con mejores prácticas, en países como Alemania, Francia o Canadá, el modelo de bomberos voluntarios ha sido una estrategia efectiva para cubrir regiones con baja densidad poblacional.
En Jalisco, aunque hay presencia de personal voluntario, no hay un modelo estatal estructurado que garantice su capacitación, equipamiento y permanencia.
Expertos en gestión de desastres han advertido que la desigualdad en la distribución del cuerpo de bomberos no sólo implica riesgos a la integridad de las personas y sus bienes, sino que limita la capacidad de respuesta ante el aumento de fenómenos climáticos extremos y urbanización desordenada.
De ahí que los recientes incendios ocurridos en fábricas del sur de la ciudad se puedan advertir como servicios caóticos para las dependencias municipales, pues no sólo tienen personal insuficiente sino que la coordinación y la cooperación pasan factura por temas burocráticos.
Esta semana, en Señal Informativa, haremos un análisis puntual sobre la cobertura y la capacidad de respuesta para atender siniestros, así como para prevenir tragedias.