Las tormentas de arena y polvo se intensifican, con daños a la salud y pérdidas económicas
Un hombre sale a caminar durante una tormenta de arena en El Cairo, Egipto, en una imagen de archivo. EFE/ Mohamed Hossam




Ginebra.

Las tormentas de arena y polvo afectan a más de 330 millones de personas en 150 países y se están intensificando por causas vinculadas a la actividad humana, con un aumento de los riesgos para la salud, la economía y el medio ambiente, dijo hoy la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Con nuevos datos a la mano, la OMM señala que la combinación de sequías más frecuentes con una mala gestión de tierras y aguas, más la degradación ambiental generalizada son la causa principal de que un fenómeno que es considerado como inocuo en realidad tenga consecuencias serias para la salud.

Mucha de la gente de las áreas más afectadas está expuesta a niveles de polvo superiores al umbral de seguridad establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El nuevo boletín de la OMM sobre el polvo que es llevado por el viento a través de distancias muy largas señala que en 2024 en los territorios más afectados los niveles superaron con creces el promedio histórico de 1981-2010.

Las causas más probables son las prácticas agrícolas insostenibles, la sobreexplotación de recursos hídricos y el avance de la desertificación, todo ello en un contexto de crisis climática.

La consecuencia es que se están convirtiendo grandes zonas fértiles en tierras áridas propensas a liberar enormes cantidades de polvo al ambiente

Cada año, cerca de 2.000 millones de toneladas de arena y polvo son arrastradas por el viento hacia la atmósfera (volumen que equivale a 307 Pirámides de Guiza), y más del 80 % tiene su origen en los desiertos de África del Norte y Oriente Medio. 

Estos materiales recorren miles de kilómetros, cruzando continentes y océanos, y amplifican su impacto en regiones vulnerables

A nivel económico, los costes asociados siguen creciendo por los daños a la agricultura, a las infraestructuras energéticas, al transporte, así como a la salud pública.

En 2024 se registraron tormentas de especial magnitud en Asia Oriental, África Occidental y Oriente Medio. 

  • La OMM sostuvo que el agravamiento de este fenómeno exige que se sigan mejorando los sistemas de monitoreo, las previsiones y los mecanismos de alerta temprana.