Guadalajara, Jalisco.

Doce personas estaban esposadas de pies y manos a pupitres, ubicados en el patio, a la intemperie, expuestas al sol; al estar atados tenían que orinar en botellas de refresco que había a un lado de ellos. Al menos por 24 horas padecieron el trato degradante.

• Por eso, la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco emitió la recomendación 15/2025.

Esas prácticas de tortura y otros tratos crueles fueron descubiertos por personal del Mecanismo Nacional de Prevención a la Tortura de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en la Comisaría de Sentenciados de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del Estado de Jalisco.

El organismo nacional notificó en 2022 a la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco que en el módulo 2bis había 99 personas privadas de la libertad, entre ellas, las que estaban atadas.

Durante las entrevistas realizadas por personal del Mecanismo de Prevención a la Tortura, resultó que una persona, también privada de la libertad, la cual no es neurodivergente, pero que estaba ahí por decisión de una autoridad; tenía llaves y ordenaba que amarraran a las personas en un dormitorio.

Al investigar se acreditó que fueron atados por orden de un médico psiquiatra de ese centro penitenciario, quien durante la visita del personal del Mecanismo no justificó la medida, la duración y los efectos de esta; solo dijo que

había sido un tratamiento para el bienestar y salvaguarda de la integridad de las víctimas debido a que presentaron alteraciones en su conducta, derivadas de sus padecimientos mentales.

En realidad las medidas no estaban debidamente documentadas ni justificadas.