Foros de la nostalgia Parte I: Éxodo capitalino detona escena musical tapatía

Hoy, Jalisco está consolidado como uno de los puntos más atractivos en lo que respecta a las grandes presentaciones musicales de todo México.



Guadalajara, Jalisco.

Hoy, Jalisco está consolidado como uno de los puntos más atractivos en lo que respecta a las grandes presentaciones musicales de todo México, pues bandas y artistas con reconocimiento nacional e internacional, constantemente abarrotan los recintos más llamativos del Área Metropolitana de Guadalajara.

  • El Auditorio Telmex, la Arena VFG, el Teatro Diana, el Conjunto Santander, el Guanamor Teatro Studio, el C3 Stage, el Foro Independencia, o los recintos futbolísticos más importantes, como el Estadio Jalisco, el Akron o el 3 de Marzo, regularmente son elegidos para albergar los grandes espectáculos de la música.

Pero hace algunas décadas no era así, pues los grandes escenarios, aquellos que atestiguaron los primeros grandes conciertos en la ciudad, y el surgimiento de proyectos musicales que eventualmente alcanzarían el éxito, eran otros.

Desde la época de la Colonia, Guadalajara ya era una ciudad con una vasta tradición musical.

Y con el paso de los años, los jueves y los domingos se convirtieron en los días predilectos para escuchar diversos ensambles musicales desde el quiosco de la Plaza de Armas, lo que se mantuvo sin importar el paso de los años.

https://sc.jalisco.gob.mx/prensa/noticia/8965

Uno de los casos históricos es el de la Banda de la Gendarmería de Guadalajara, impulsada por Clemente Aguirre en 1889, lo que después se conocería como la Banda de Música del Estado de Jalisco, proyecto que hoy es promovido por el Gobierno del Estado.

Con el paso del tiempo el interés por las presentaciones musicales y las manifestaciones de la cultura incrementaron, hasta que a mediados del siglo XX ese interés y la creciente población dejaron como resultado la construcción de la Concha Acústica en 1958. 

Y a partir de entonces es que esta clase de espacios comenzaron aparecer más y más.

Un crecimiento descrito por Adriana Ruiz Razura, académica investigadora del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Guadalajara.

“Inician estos espacios culturales, la ciudad fue creciendo y eso obligó a abrir nuevos espacios. Tenemos a la Concha Acústica, era importantísimo ir a las fiestas de Octubre a la Concha Acústica (...)

Después vino el Auditorio Benito Juárez, con las Fiestas de Octubre que se cambian al auditorio, y también con un espacio musical importantísimo, que efectivamente se llenaba de todo: había peleas de gallos, lo que sea, pero siempre se terminaba con conciertos”.

De esa manera es que La Concha Acústica, El auditorio Benito Juárez, y otros foros como el antiguo cine Roxy (que eventualmente fue convertido en un espacio para conciertos), así como posteriormente Calle 2, fueron esos lugares donde las vibraciones de la música y los cantos de públicos eufóricos quedaron impregnados.

Ya en la década de los 80s e inicios del 2000, estos espacios tuvieron un auge en la capital, pues las grandes presentaciones de bandas, que ya no sólo eran locales, sino también de talla internacional, entraron a las grandes carteleras.

Una de las razones que la investigadora Adriana Ruiz Razura puntualizó al respecto, fue la gran cantidad de personas que llegaron de Ciudad de México a Guadalajara, y con ello, un mercado abierto para los grandes conciertos.

“También empezó a haber una gran migración de la Ciudad de México hacia Guadalajara, estamos hablando del problema de los temblores. Entonces, esa migración de tanta gente que vino a vivir acá, sobre todo a Guadalajara, que fue donde más se sintió esa migración, traían esas nuevas ideas.

Esos nuevos gustos por escuchar o asistir a otro tipo de eventos, que fue lo que propició en un momento dado a que empezaran a surgir estos grandes conciertos de bandas a la que asistía todo Guadalajara. Ya no tenías que irte a México para escucharlos, podías quedarte aquí y escuchar esa música”.

Es así como estos recintos se volvieron los espacios predilectos para disfrutar la música y convivir.

Y a su vez, otros espacios fueron habilitados para que no sólo bandas consolidadas, sino también las emergentes, dieran a conocer su obra, sin importar si eran espacios improvisados… o clandestinos.

Pero algo pasó con estos lugares que se convirtieron en icónicos gracias a las vivencias de toda una generación. Pero el tiempo pasó y los que en algún momento fueron puntos de encuentro de miles de personas están inhabilitados, destruidos, maltratados o simplemente desaparecieron.

Algunos de estos recintos han podido soportar el paso del tiempo en sus estructuras, o al menos, han sido parte de procesos de restauración medianamente exitosos. Y de ellos te vamos a hablar en las siguientes entregas de este trabajo especial.

Trabajo especial de Eladio Quintero y Héctor Navarro