Madrid.
Superman ha sido en su adaptación al cine el superhéroe más humano y más serio -junto con Batman- de los que pueblan los universos de DC o Marvel y eso ha cambiado radicalmente en el renacimiento de la saga de la mano de James Gunn, que ha aportado el humor marca de la casa.
Gunn logró un enorme éxito al frente de la saga de 'Guardianes de la galaxia', tres películas que recaudaron casi 2.500 millones de dólares y que estaban llenas de bromas, personajes alocados y una enorme dosis de humor irreverente.
Eso es lo que ha trasladado a este nuevo Superman, que llega este viernes a las salas de todo el mundo. Pero Peter Quill y Clark Kent/Superman se parecen poco y menos aún los actores que los interpretan, Chris Pratt y el recién llegado a este tipo de películas David Corenswet.
Corenswet hereda el papel que antes tuvieron Henry Cavill o Christopher Reeve. Y aunque físicamente se parece a ellos, tiene los músculos necesarios y se nota el esfuerzo que ha puesto en el trabajo, le falta el carisma de sus antecesores o de Pratt.
No es fácil encajar en el particular humor de Gunn y ese es el principal fallo de la película, que además no explota lo suficiente a la actriz que sí se adapta a la perfección a este estilo, Rachel Brosnahan, que hace de una Louis Lane con poco protagonismo.

-EFE/ Jessica Miglio
Junto a ellos, un estupendo y malísimo Lex Luthor, al que da vida Nicholas Hoult, y un grupo de divertidos y surrealistas superhéroes -o metahumanos como les llaman en la película-, la 'banda de la Justicia', compuesta por Mr.Terrific (Edi Gathegi), Guy Gardner/Linterna Verde (Nathan Fillon) y Hawkgirl (Isabela Merced).
Los tres ayudan a un Superman que comienza la historia en horas bajas, vencido por 'el martillo de Moravia', que no es más que un títere en manos de Luthor, que está desarrollando una tecnología que le puede permitir controlar el mundo.
Superman se recupera en una base antártica en la que un grupo de robots vela por su seguridad y le proyecta en bucle el mensaje virtual que sus padres introdujeron en la nave en la que le enviaron a la tierra siendo un bebé.
Con la curiosidad de que su padre está interpretado por Bradley Cooper, muy al estilo de Marlon Brando en la primera entrega con Christopher Reeve como el superhéroe.
A partir de ahí empieza el caos provocado tanto por un argumento innecesariamente complejo como por la cantidad de personajes y monstruos que van pasando por la historia, desde el perro volador y con superpoderes de Superman, llamado Krypton, a una poderosa villana interpretada por la venezolana María Gabriela de Faría, varias rubias tontas o un pequeño gremlin que crece hasta la altura de un rascacielos.

Foto cortesía de Warner Bros. Pictures
Gunn ha llevado el estilo Marvel al universo DC, que ha llenado de espectáculo, grandes batallas y colores estridentes, pero a la vez ha mantenido ese lado humano de un Superman que dedica su vida a defender un planeta al que no pertenece.
- Si funciona o no en taquilla está por ver, pero lo que es evidente es que el objetivo es un público joven y que se conoce el mundo de los superhéroes al dedillo, porque durante todo el metraje se pueden ver homenajes a los X-Men, a Iron-Man y los Vengadores o a las versiones anteriores del propio Superman.
Más a las de Christopher Reeve que a las de Henry Cavill, de cuyo tono oscuro se aparta por completo.
Es más una recuperación de la inocencia que rezumaba Reeve en aquel primer 'Superman' de 1978 en el que el malvado Lex Luthor era el gran Gene Hackman y en el que el humor estaba más presente que en las entregas posteriores.
Este viernes llega a los cines de todo el mundo con unas previsiones de conseguir unos 200 millones de dólares de recaudación en el fin de semana, lo que sería un excelente arranque para la primera película de los Estudios DC, que tienen a Gunn como copresidente junto a Peter Safran.

Jessica Miglio/Warner Bros. Pictures.
Alicia García de Francisco